Las autoridades turcas expresaron su malestar por las sanciones impuestas por Estados Unidos a dos ministros del gabinete del presidente Recep Erdogan, por la detención de un pastor estadounidense en Turquía.
Además de manifestar su descontento, los responsables turcos indicaron que adoptarán medidas de represalia por las sanciones aplicadas por la administración Trump.
El gobierno de Ancara sostuvo que esas respuestas serán tomadas sin demora, luego que el departamento del Tesoro estadounidense anunció sanciones económicas contra los ministros de Justicia y del Interior turcos.
El mercado de cambio de Estambul mostró inquietud tras el anuncio de las medidas. REUTERS/Murad Sezer.
El aumento de las tensiones entre ambos países se debe a la detención del pastor Andrew Brunson, que fue colocado bajo vigilancia domiciliaria tras un año de reclusión, acusado por el gobierno de Erdogan de haber cometido acciones de terrorismo y espionaje.
Estados Unidos y Turquía son dos aliados tradicionales en el seno de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), pero las relaciones se han deteriorado rápidamente, tras las presiones ejercidas por Washington para conseguir que el pastor sea liberado y se le permita volver a su país.
“Creemos que es víctima de un tratamiento injusto e injustificado de parte del gobierno turco”, declaró la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders, al momento de anunciar las medidas decididas por su gobierno.
Los castigos consisten en la confiscación de bienes y activos de los ministros turcos, acusados de haber jugado un papel central en la detención del pastor, según sostuvo el departamento del Tesoro al fundamentar su decisión, que también incluye la interdicción a todo ciudadano estadounidense de mantener relaciones comerciales y de otro tipo con esos ministros.
Trump sigue poniendo sombras en las relaciones con aliados tradiconales de su país. REUTERS/Carlos Barria.
Bronson reside hace más de 20 años en Turquía, donde dirigía una pequeña iglesia antes de ser enviado a la cárcel. Los cargos de terrorismo y espionaje podrían valerle una pena de hasta 35 años de prisión.
El asunto no es más que una de las aristas del deterioro en las relaciones turco-estadounidenses. Entre otras cuestiones, ambas partes mantienen diferencias en relación a la situación en Siria, el arresto de empleados de consulados estadounidenses en suelo turco y la situación del predicador Fethullah Gulen, exiliado en Estados Unidos, cuya extradición es reclamada por Ancara, por su presunta participación en el intento fallido de golpe de Estado contra el presidente Erdogan en 2016.
Estados Unidos y Turquía poseen los ejércitos más numerosos de todos los que integran la OTAN.
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