El papa Francisco dijo que la iglesia debe reconocer sus pecados y errores del pasado, en medio de una crisis sin precedentes, debido a la ola de acusaciones sobre abusos sexuales cometidos por religiosos católicos en diversas partes del mundo.
El pontífice sostuvo, también, que la institución no fue capaz de dar cuenta de la “magnitud y gravedad del daño producido” y llamó a no seguir encubriendo a quienes cometen abusos.
Recientes escándalos por abusos sexuales cometidos contra menores de edad en Estados Unidos, Chile, Australia y otras partes del mundo llevaron al jefe del Vaticano a pronunciarse públicamente sobre el asunto, con una condena inédita por parte de la máxima autoridad del catolicismo.

El pontífice ya había hecho referencia al tema con anterioridad. Foto: Luca Zennaro/Pool Photo via AP.
Los conceptos fueron expresados a través de una carta a los católicos de todo el mundo, en la que el papa pide que cada uno de ellos ayude a terminar con lo que definió como “cultura de muerte”.
Francisco reconoció que las heridas causadas por esos abusos no van a desaparecer y sostuvo que es necesario que “cada uno de nosotros condene estas atrocidades” y unir fuerzas para arrancar de raíz la cultura que hizo posible esos actos.
El texto fue dado a conocer pocos días después de un escándalo de enormes proporciones que involucra a la iglesia católica del estado de Pensilvania, en Estados Unidos. El papa sostuvo que si bien esos actos fueron cometidos en su mayoría en el pasado, está claro que fueron “ignorados durante largo tiempo, escondidos o silenciados”, principalmente gracias a la actitud de quienes ocuparon las jerarquías más altas en la institución.
En la toma de posición contra la pedofilia cometida por los clérigos más clara por parte de la máxima autoridad de los católicos en todo el mundo, el papa llamó a poner fin a esos abusos y a reconocer y asumir el daño cometido.

El cardenal Donald Wuerl, de la arquidiócesis de Washington, acusado por el jury de encubrir a clérigos abusadores. Foto: AP Photo/Alex Brandon.
El catolicismo cuenta con más de 1.200 millones de fieles en todo el planeta, quienes se convirtieron por primera vez en los destinatarios directos de la carta del papa, ya que misivas anteriores sólo fueron destinadas a obispos y fieles en algún país en particular, o bien sólo abordaron el tema de manera mucho menos severa.
La semana última, un jurado dio a conocer las conclusiones de una investigación sobre los abusos sexuales contra menores cometidos en el seno de la iglesia católica de Estados Unidos, principalmente en el estado de Pensilvania, y que involucró a varios de los más altos responsables de esa diócesis.
Los investigadores establecieron que 301 sacerdotes abusaron de menores en un período que se extiende por al menos 7 décadas y que, en la mayoría de esos casos, las denuncias sobre tales hechos fueron escondidas por los jerarcas.
En pocos días más, el papa visitará Irlanda, donde las denuncias por abusos sexuales también provocaron críticas y malestar, en un país al que se considera como preponderantemente católico.
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