Una carta de mandato dirigida al ministro de Seguridad Fronteriza y Reducción del Crimen Organizado, Bill Blair, por el Primer Ministro Justin Trudeau, le asignó la tarea de trabajar con el ministro de Seguridad Pública, Ralph Goodale, en políticas, regulaciones o legislación sobre el control de las armas de fuego en el país.
«Usted debe dirigir un examen de una prohibición total de las armas de fuego y de asalto en Canadá, sin impedir su uso legal por parte de los canadienses», dice la carta de mandato.
La carta de instrucción también describe otras tareas para el nuevo portafolio, incluyendo liderar el plan del gobierno para el tratamiento que se dará a los solicitantes de asilo que ingresan a territorio canadiense fuera de los puntos fronterizos oficiales, personas a quienes la carta identifica como «migración irregular», supervisar la legalización de la marihuana y tomar medidas enérgicas contra los opioides.
Además de dirigir el examen de la prohibición de las armas de fuego en Canadá, el ministro Bill Blair deberá hacerce cargo de la migración de personas indocumentadas y supervisará la legalización de la marihuana. (Sean Kilpatrick/Prensa Canadiense)
El tema del control de armas y su prohibición simple y llana surgió después del tiroteo ocurrido el 22 de julio en Toronto que dejó dos muertos y trece heridos de bala.
En ese momento Trudeau prometió que el gobierno de Canadá tomaría medidas para garantizar la seguridad de los canadienses, pero no dijo si el gobierno consideraba prohibir las armas de fuego.
«Estamos analizando las iniciativas en la materia que se han llevado a cabo en todo el mundo, como aquellas que se han aplicado en otras jurisdicciones, estamos examinando las mejores pruebas, los mejores datos, para tomar las decisiones correctas y dar la seguridad necesaria a nuestros ciudadanos y nuestras comunidades», dijo Trudeau.
Tony Bernardo, director ejecutivo de la Asociación Canadiense de Tiro Deportivo, dijo que el mandato de estudiar la prohibición de las armas de fuego cortas es «indicativo de la intención» de llevar adelante ese plan.
A un año de las elecciones federales, Bernardo dijo que sería un «suicidio político» que los liberales decidan imponer una prohibición de las armas de fuego en el país.
Heidi Rathjen, coordinadora de una organización de la sociedad civil que promueve el control de armas, Poly Remembers, calificó ese estudio de «muy alentador» y espera que el proceso se lleve a cabo lo más rápidamente posible.
Rathjen dijo que no era necesario que la prohibición se lleve a cabo de la noche a la mañana y que podrían implementarse programas de reconocimiento de derechos adquiridos y de la recompra de esas armas de fuego.
«Hay diferentes maneras de conseguirlo”, dijo la coordinadora de, Poly Remembers. “No necesariamente tiene que consistir en quitarles las armas a las personas que las compraron legalmente. La idea es que no haya nuevas compras de pistolas y armas de asalto y que el gobierno necesita apoyar el principio de que hay ciertas armas de fuego que no deben estar en manos de civiles.»
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