«Necesita apoyo psiquiátrico porque es fuerte pero está perturbada», dijo el Dr. Abdenbi Halmaoui después de evaluar a la joven de 17 años que denunció haber sido violada y torturada durante dos meses por hombres en su aldea en el centro de Marruecos, en una entrevista con la Agencia France-Presse.
Por su parte, Brahim Hachane, abogado de Khadija Okkarou, tiene la intención de solicitar «un examen médico para definir sus secuelas psicológicas y físicas» cuando el juez de instrucción encargado del caso organice la primera audiencia el próximo 6 de septiembre.
La madre de la chica dijo que se desmayó cuando dos hombres trajeron a su hija a casa y vio las cicatrices del horror en su cuerpo y en su honor. En entrevista con la agencia Associated Press, la madre se pregunta si Khadija volverá a ser la hija que conoció.
El testimonio en vídeo en el que la joven afirma haber sido secuestrada, secuestrada, violada, tatuada a la fuerza y martirizada durante dos meses por una quincena de hombres en su pueblo de Oulad Ayyad en el centro de Marruecos provocó una gran movilización en las redes sociales. Khadija logró escapar a mediados de agosto y presentó una denuncia.
La adolescente marroquí Khadija Okkarou, de 17 años, muestra tatuajes que le habrían hecho durante el cautiverio forzado del que habría sido víctima. En un vídeo publicado en Internet la semana pasada, Okkarou dijo que miembros de una «banda peligrosa» la habían secuestrado y retenido durante dos meses, violándola y torturándola. En el video, ella mostró lo que parecían ser cicatrices de quemaduras de cigarrillo y tatuajes tallados en partes de su cuerpo. © Tercero/AFP/Getty Images
Una petición para ayudarla y conseguir «justicia para ella» recogió más de 50.000 firmas en pocos días. Las propuestas de intervenciones médicas gratuitas se han multiplicado, según NSAT, una asociación para ayudar a las mujeres víctimas de la violencia que ha decidido apoyarla.
Doce hombres, de edades entre los 18 y los 28 años, fueron detenidos por diversos cargos de enjuiciamiento, como «trata de menores», «violación», «amenaza de asesinato», «tortura y uso de armas que causan lesiones psicológicas y secuelas», «organización de pandillas, secuestro y confinamiento», «falta de denuncia de un delito» y «falta de asistencia a una persona en peligro», según información obtenida por la Agencia France Presse de una fuente judicial.
Uno de los sospechosos «tiene antecedentes penales» relacionados con cuestiones de drogas, según el abogado Hachane.
La violación es doblemente dolorosa para las víctimas, a menudo consideradas en Marruecos como las primeras culpables por una sociedad marcada por los valores tradicionales.
El caso ha dominado los medios de comunicación marroquíes durante días.
Abdelwahed Saadi, trabajador social y vecino de la familia de la chica en la ciudad de Oulad Ayad, dijo que el padre de Khadija denunció su desaparición pero las autoridades no lanzaron ninguna investigación.
Con informaciones de las agencias Associated Press y Agence France-Presse.
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