Un palestino hace un gesto delante de una casa después de que fuera demolida por las tropas israelíes en la aldea de Al-Walaja, cerca de Belén, en la Cisjordania ocupada, el 3 de septiembre de 2018. ©REUTERS/Mussa Qawasma

El Tribunal Supremo israelí aprueba la demolición de otra aldea palestina

El Tribunal Supremo israelí dio luz verde el miércoles a la demolición de una aldea beduina palestina que se ha convertido en un lugar emblemático en la Cisjordania ocupada. Las demoliciones podrían comenzar  la próxima semana.

Khan al-Ahmar, un pueblo compuesto principalmente de viviendas y estructuras improvisadas situado al este de Jerusalén, cerca de los asentamientos israelíes, está atrayendo la atención de los gobiernos europeos, las Naciones Unidas y las ONG que tratan de impedir su destrucción.

Sostienen que la demolición permitiría ampliar los asentamientos y dividir Cisjordania en dos, lo que complicaría aún más la creación de un Estado palestino independiente, una solución de referencia para que la mayor parte de la comunidad internacional resuelva el conflicto con Israel.

En el siguiente video, divulgado por el periodista basado en Medio Oriente, Nasser Atta, se puede ver otra comunidad siendo lo que él describe como «las fuerzas de seguridad israelíes irrumpiendo en la aldea palestina de al-Walaja, cerca de Jerusalén, para demoler casas. Las familias palestinas trataron de detener la demolición parándose en el techo de sus casas, la ocupación militar israelí dice que las casas están sin permiso.»

El periodista publicó otro video, inmediatamente después de que las familias palestinas hayan sido sacadas de sus casas:

El miércoles, el Tribunal Supremo desestimó las apelaciones contra la destrucción de la aldea. Tan pronto como se levante la medida judicial suspensiva, prevista para «dentro de siete días», las autoridades israelíes podrán ejecutar la orden de demolición, según el Tribunal.

Este último ya había rechazado en mayo un recurso de los habitantes contra la demolición de la aldea, construida ilegalmente según las autoridades israelíes, pero había suspendido temporalmente la orden de demolición tras dos procedimientos judiciales.

Niños palestinos caminan en la aldea beduina de Khan al-Ahmar, en la Cisjordania ocupada, el 12 de julio de 2018, semanas antes de que la demolición fuera autorizada por la Corte Suprema israelí. ©REUTERS/Mohamad Torokman –

Las autoridades israelíes han ofrecido a los habitantes que se instalen cerca de Abu Dis en Cisjordania, pero estos últimos se niegan, alegando que el emplazamiento propuesto se encuentra cerca de un vertedero, en una zona urbana en la que ya no pueden pastar a sus animales.

El ministro de Defensa israelí Avigdor Lieberman aplaudió en Twitter la nueva decisión del Tribunal Supremo.
«Felicito a los jueces por la valiente decisión que tomaron ante los hipócritas ataques orquestados por Abu Mazen (Mahmoud Abbas, presidente palestino), la izquierda y los países europeos», dijo.

«Nadie nos impedirá ejercer nuestra soberanía y responsabilidad como Estado», añadió el ministro.
Los partidarios de los aldeanos justifican la construcción no autorizada por el hecho de que les resulta casi imposible obtener permisos en gran parte de la Ribera Occidental, bajo control israelí.

Tawfiq Jabareen, el abogado de los habitantes, acusó al Tribunal Supremo de «seguir al gobierno de derecha israelí».

Al preguntársele sobre la posibilidad de que los residentes consientan en marcharse pacíficamente, el abogado dijo a AFP que «nunca había visto a nadie sentarse de brazos cruzados cuando fueron desalojados y su casa destruida».

Israel ha ocupado la Ribera Occidental durante más de 50 años, donde varias comunidades beduinas se han asentado al este de Jerusalén, en una zona donde, según las ONG de derechos humanos, Israel tiene previsto ampliar sus asentamientos.

El 4 de julio, más de 30 personas resultaron heridas, según la Media Luna Roja, en enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad israelíes y los manifestantes, cuando se desplegó equipo pesado, incluida una topadora, alrededor de la aldea.

Entre la Cisjordania ocupada y la Jerusalén oriental anexionada, más de 600.000 colonos israelíes viven a menudo en conflicto con casi tres millones de palestinos.

Estos asentamientos están erosionando gradualmente los territorios en los que los palestinos desean crear su Estado y poniendo en peligro la continuidad territorial y, por lo tanto, la viabilidad de dicho Estado.

La colonización es ilegal según el derecho internacional y es considerada por gran parte de la comunidad internacional como un obstáculo para la paz con los palestinos.

El gobierno israelí cuestiona que los asentamientos impidan la búsqueda de la paz y criminaliza la negativa palestina a aceptar un estado judío en cualquier frontera.

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