Haddad delante del presidio, luego que Lula anunciara su baja como candidato. REUTERS/Rodolfo Buhrer.

Futuro incierto para el partido de Lula en Brasil

El Partido de los Trabajadores de Brasil espera que su nuevo candidato presidencial, Fernando Haddad, logre montar rápidamente la cuesta en las preferencias del electorado, y tener chances en la elección prevista para el 7 de octubre.

Haddad se convirtió oficialmente en el candidato de la agrupación que tiene como líder indiscutido al ex presidente Luiz Inacio Lula da Silva, que se encuentra detenido acusado de corrupción, luego que este anunció el martes 11 de septiembre que desistía en sus intentos para lograr que la justicia revisara su interdicción.

Lula esperó hasta el último momento del plazo que le habían otorgado los jueces, bajo el riesgo de que su partido fuera impedido de tomar parte en los comicios, si no designaba a un postulante habilitado para bregar por la primera magistratura.

Ciro Gomes logra apoyos en el empobrecido noreste brasileño. REUTERS/Nacho Doce.

El futuro inmediato de Haddad, ex alcalde de San Pablo, está lleno de desafíos y riesgos. Su designación tardía le deja poco tiempo para realizar su campaña electoral, a la que le quedan sólo cuatro semanas antes de la fecha fijada para la primera vuelta.

Por otro lado, el nuevo rostro del PT es una figura prácticamente desconocida para los electores, incluso entre quienes apoyan a su partido.

Los últimos sondeos otorgan a Haddad apenas el 9 por ciento de la intención de voto, muy por debajo del 38 por ciento que tenía Lula hasta las últimas mediciones.

De todos modos, los analistas concuerdan que a partir de ahora debería producirse un traspaso de los votos del ex mandatario hacia el nuevo candidato, cuya postulación fue “bendecida” por el propio da Silva.

Del mismo modo, ninguno de los demás aspirantes alcanzaría el mínimo de votos para evitar una segunda vuelta, lo que podría ampliar las posibilidades del postulante del PT.

Un electorado dividido y sin favoritos. Imagen: Reuters.

El candidato centrista Ciro Gomes es otro de los escollos que deberá superar Haddad. Gomes aparece bien ubicado entre los votantes del noreste del país, zona en la que se encuentran algunas de las poblaciones más desfavorecidas de Brasil.

Por otro lado, el candidato de extrema derecha Jair Bolsonaro parece no haber perdido votos, tras el ataque con cuchillo que lo dejó en el hospital sino, por el contrario, habría subido uno o dos puntos en los sondeos, logrando entre el 24 y el 26 por ciento del favor del electorado.

La influencia que ejerce la figura de Lula en la población de Brasil, incluso desde la prisión, y el hecho de que su sustituto lo visitó en varias ocasiones en las últimas semanas, podrían jugar un papel decisivo a favor del PT, a la hora de superar el duro golpe que significó el veto a su candidatura, en momentos en que lideraba la puja electoral con una ventaja enorme sobre su más inmediato seguidor.

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