Trabajadores cosechan hojas de coca en Puerto Bello, en el estado colombiano de Putumayo. Los cambios en el gobierno tanto en los Estados Unidos como en Colombia en los últimos dos años han llevado a la incertidumbre en su asociación en la guerra contra las drogas. (Fernando Vergara / Associated Press)

Colombia principal productor mundial de cocaína según informe de la ONU

El último informe del Sistema Integrado de Monitoreo de Cultivos Ilícitos de la ONU revela un nuevo incremento en los cultivos de coca y en la producción de cocaína en Colombia, que está en su punto histórico más alto. Eso le agrega presión al presidente Iván Duque para que reanude un programa de fumigación aérea suspendido por su predecesor por preocupaciones sobre la salud.

Al asumir recientemente la presidencia, Iván Duque, identificó el aumento de la producción de coca como un riesgo para la seguridad nacional de Colombia. (Fernando Vergara/Associated Press)

Datos publicados el miércoles por la ONU indican que el cultivo de coca en Colombia aumentó un 17 por ciento a 171,000 hectáreas en 2017. Esto podría significar que la producción de cocaína creció en un 31 por ciento a 1.379 toneladas.

“El 25% de la coca en el país se encuentra a menos de 20 kilómetros de una frontera”, siendo los límites con Venezuela y Ecuador donde más intenso es el fenómeno, subraya Bo Mathiasen, representante en Colombia de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC).

Los hallazgos, basados en imágenes de satélite y verificación en el terreno, coinciden con los de un informe de la Casa Blanca a principios de este año.

Colombia es uno de los principales aliados de EE. UU en América Latina, pero el auge de la producción de coca tensó las relaciones entre ellos. El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, recientemente amenazó con descertificar a Colombia como socio en la guerra contra las drogas si no revierte el rumbo.

Duque, cuando asumió el cargo el mes pasado, identificó el aumento de la producción de coca como un riesgo para la seguridad nacional. Desde entonces, los funcionarios han dicho que quieren reanudar la fumigación aérea de herbicidas cancelada con el ex presidente Juan Manuel Santos hace tres años en medio de conversaciones de paz con los rebeldes de izquierda fuertemente involucrados en el tráfico de drogas.

El precio al consumidor se mantiene

Pero para poner en marcha el programa se requerirá tomar una decisión de corte constitucional que imponga límites estrictos al uso del herbicida glifosato. Algunos expertos en políticas de drogas también han cuestionado la conveniencia de traer de vuelta el costoso programa cuando la producción de drogas ha migrado a áreas fuera de los límites de la fumigación, como los parques nacionales.

«Nuestro objetivo es mostrar resultados espectaculares en los próximos cuatro años», dijo Duque el miércoles después de una reunión con su máximo comando militar. «Al menos podemos erradicar más del 70 por ciento de lo que tenemos hoy».

Una solución que están estudiando los oficiales militares es el uso de drones, que vuelan a una altitud menor, impidiendo que los productos químicos se desvíen y destruyan cultivos legales.

Pero a más largo plazo, dicen los expertos, no hay sustituto para el trabajo más costoso, más peligroso y lento de construir instituciones estatales en áreas rurales largamente descuidadas y proporcionar a los campesinos alternativas legales económicamente viables.

El gobierno firmó un acuerdo de paz a fines de 2016 con el grupo guerrillero Fuerzas Armadas Revolucionarias Marxistas de Colombia (FARC), que estuvo muy involucrado en la producción de coca. Pero los nuevos grupos armados ahora luchan por las crecientes rutas lucrativas de tráfico.

Otro factor puede ser las consecuencias involuntarias de una estrategia de sustitución de cultivos como resultado de la distención, que fue diseñada para terminar con la dependencia de los productores de coca hacia otros productos. Aunque no todos cultivaron coca en años anteriores pueden aprovechar los subsidios del plan de sustitución: la inscripción en el programa de sustitución pasó de 54,000 familias en 2017 a casi 78,000 este año.

Las áreas de cultivo

Como en años anteriores, la mayor parte de la producción de coca en 2017 se concentró en la región sur de Colombia.

Las áreas críticas del último incremento, que fue del 17% en todo el país, son Antioquia, Putumayo, Norte de Santander y Cauca. Solo en esos departamentos se registró el 64% del aumento frente a 2016. Esas son zonas de influencia y disputa de grupos como el Clan del Golfo, el ELN y los Pelusos, además de contar, todas ellas, con presencia de disidencias de las Farc.

Sin embargo, Nariño sigue siendo el departamento con más cultivos, y Tumaco el municipio más sembrado con coca, pese a que allí la coca no se disparó tanto (7% de incremento). En contraste, el Guaviare es el departamento donde se registró la mayor disminución. Allí, la mata sembrada bajó en 1.915 hectáreas.

El cultivo de coca en la provincia de Narino superó las 45.735 hectáreas, más que la cantidad total encontrada en Perú, el segundo mayor proveedor mundial de cocaína después de Colombia.

La ONU dijo que el aumento de la oferta no ha provocado una caída importante en los precios de la cocaína en todo el mundo, aunque los niveles de pureza han aumentado considerablemente, según funcionarios estadounidenses y europeos encargados de combatir las drogas.

RCI con información de Reuters/CBC/El País/La Semana/

Categorías: Economía, Internacional, Política, Sociedad
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