De izquierda a derecha, el presidente de los Estados Unidos Donald Trump, el presidente mexicano Enrique Peña Nieto y el primer ministro canadiense Justin Trudeau. Los tres países han alcanzado un nuevo acuerdo comercial llamado Acuerdo entre EE. UU-México-Canadá, o USMCA. (Kevin Lamarque, Daniel Becerril, Chris Wattie / Reuters)

Qué gana y qué pierde Canadá con el nuevo tratado de libre comercio norteamericano,USMCA

La ministra de Asuntos Exteriores de Canadá, Chrystia Freeland, participó en un programa del radiodifusor público CBC/Radio Canadá donde pudo dar algunos detalles de momentos especiales y específicos que marcaron las negociaciones hasta llegar al acuerdo conocido ahora como Acuerdo entre Estados Unidos, México y Canadá, USMCA.

También hizo un balance de lo que el país obtuvo y lo que tuvo que renunciar.

Por otra parte, diversos analistas han comenzado su trabajo al obtener cada vez más la información sobre detalles del nuevo tratado. Uno de ellos es Gérald Fillion, analista económico de Radio Canadá. Aquí les presentamos la visión de ambos.

La ministra de Relaciones Exteriores, Chrystia Freeland, responde a las preguntas de los reporteros en el National Press Theatre de Ottawa el lunes, luego de anunciar un acuerdo con los Estados Unidos sobre la renegociación del TLCAN, cuyo nombre se cambió por el de EE. UU., México y Canadá (USMCA). (Sean Kilpatrick / Canadian Press)

Chrystia Freeland dijo que si alguna vez hubiera que renegociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, ella estaba convencida que pasaría lo mismo que le ocurrió con éste: un acuerdo se lograría en el último momento.

«En realidad no apostamos a esto, pero hubo una conversación dentro del equipo sobre cuándo sucedería en septiembre y creo que ahora puedo revelar que siempre pensé que ocurriría en la noche del domingo «, le dijo Freeland al programa The National de CBC.

«Siempre pensé que no finalizaría antes de las 11″, le dijo a la conductora Rosemary Barton.

Freeland señaló que, a pesar del desafío que representaba renegociar el TLCAN, ahora renombrado Acuerdo entre Estados Unidos, México y Canadá, USMCA, fue una relación comercial que funcionó, fue beneficiosa para los tres socios y » la lógica económica, en última instancia, prevaleció.»

«Así que realmente, realmente, en última instancia, en mi corazón, me sentía serena sobre el resultado», dijo.

Dos momentos clave cargados de optimismo

Hubo dos momentos clave durante las negociaciones que le señalaron a Freeland que un acuerdo no solo era posible, sino también verosímil. El primero, dijo, llegó cuando los EE. UU retrocedieron de su posición inicial sobre las reglas de origen para la industria automotriz.

«Los estadounidenses empezaron exigiendo un 50 por ciento de contenido estadounidense en los automóviles y piezas de automóviles. Eso habría sido devastador para Canadá, por lo que tuvimos que decir que no».

Luego, el representante de Comercio de los Estados Unidos, Robert Lighthizer, la contraparte de Freeland, tuvo la idea de que, en lugar de exigir que un cierto porcentaje del automóvil fuera fabricado por los EE. UU, se requeriría que un porcentaje del automóvil fuera fabricado por los trabajadores que ganan salarios altos.

«Entonces, se trataría de mano de obra con altos salarios, lo que por supuesto incluye a Canadá, y de repente los intereses de los EE. UU y de  Canadá se alinearon y este fue un acuerdo al que Canadá podría suscribir».

Lácteos

El segundo momento en que supo que era probable que hubiera un acuerdo, dijo Freeland, llegó en agosto cuando regresó a Washington «y estaba claro que los mexicanos habían llegado a un acuerdo con el automóvil y también que los estadounidenses realmente querían que formáramos parte de eso».

«Lo que también tiene sentido. Este siempre ha sido un acuerdo de tres vías. La relación económica canadiense es claramente la más valiosa para los estadounidenses, así que en la primera semana me di cuenta de que el Embajador Lighthizer tenía una buena voluntad en lo que respecta a lograr un acuerdo «, dijo ella.

Freeland también habló sobre los desafíos de ambas partes en la negociación, con líneas rojas que no estaban dispuestos a cruzar. Una de esas líneas era la forma en que Canadá dirigía su sector lácteo.

«Canadá entró con una posición muy clara, apoyada por todo el Parlamento, y era defender nuestra propio sector de suministros», dijo Freeland. «Y, por cierto, si Canadá tiene o no la administración de suministros debe ser una decisión de Canadá y los canadienses y no de cualquier otro país, a ese respecto fuimos muy claros».

Freeland dijo que el debate sobre los productos lácteos era normal para las negociaciones comerciales, ya que EE. UU quería que Canadá abriera su mercado para sus productos lácteos, tal como Canadá quería que se abriera el mercado para automóviles y piezas de automóviles.

En los últimos tres acuerdos comerciales internacionales de Canadá (CETA con Europa, el CPTPP con los países de Asia y el Pacífico y ahora USMCA), el mercado de productos lácteos se ha vuelto cada vez más accesible para el comercio internacional. (Radio-Canada)

«Lo que creíamos que era posible y razonable era ofrecer algún acceso adicional al mercado en el sector lácteo. Lo que no estábamos preparados para hacer era cambiar nuestro sistema, porque ese es nuestro asunto, no el de nadie más».

El Capítulo 19

«Lo que hace el Capítulo 19 es que nos da las leyes y reglas que rigen nuestra relación comercial con los Estados Unidos y un panel binacional independiente que decide quién tiene razón y quién no», dijo Freeland.

«Los canadienses entendemos qué tan cercanos son nuestros lazos con los Estados Unidos y qué tan críticos, pero también que ellos son grandes y nosotros pequeños. Y, entonces, la manera de hacer que eso funcione es tener un conjunto de reglas y una independencia que permita saber quién quien va por la buena vía y quién no. El Capítulo 19 es eso».

Si bien esa disposición fue irritante para Lighthizer desde el inicio de las negociaciones, Freeland dijo que su contraparte estadounidense «ha llegado a apreciar su valor para Canadá y el valor que aportó a la relación comercial más amplia».

Trabajar con Trump

Freeland mencionó el aparente rechazo hacia ella del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, algo que salió a la luz pública recientemente cuando Trump le dijo a los reporteros en Nueva York: «Estamos muy descontentos con las negociaciones y el estilo de negociación de Canadá. No nos gusta mucho su representante”.

Si bien no mencionó a Freeland por su nombre, el comentario fue ampliamente visto como un golpe dirigido hacia ella.

No creo que a ningún país le gustaría que alguien estuviera a la cabeza de sus negociaciones comerciales críticas y que no fuera duro.

– La ministra de Asuntos Exteriores Chrystia Freeland

Lo bueno, lo malo y …el ganador de la historia

En su análisis económico en las páginas web de Radio Canadá, Gérald Fillion dice que a partir del momento en que Canadá emprendió una renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), a petición del presidente Donald Trump, quedó claro que habría que hacer concesiones.

“No teníamos nada que ganar al renegociar este acuerdo, y el resultado lo confirma. La única ganancia para Canadá es poder dar vuelta la página y seguir adelante”.

El acuerdo eliminó la incertidumbre que pesaba sobre la economía canadiense desde hace más de un año, ya que las compañías se mostraban reacias a invertir en Canadá debido a los temores de que el TLCAN no se renovaría. Canadá es percibido como un acceso al mercado norteamericano, y las negociaciones que parecían estar estancadas durante algún tiempo fueron un obstáculo para la economía, dice Fillion.

Lo que se conserva

Canadá ha logrado mantener el capítulo 19 del TLCAN, el sistema de solución de controversias. Este sistema permite el establecimiento de un tribunal independiente para arbitrar disputas sobre derechos compensatorios o antidumping entre países. Los estadounidenses no querían este mecanismo, prefiriendo que los tribunales estadounidenses juzguen los conflictos potenciales.

Entonces, no hay ganancia, no hay pérdida, status quo.

La exención cultural. Esto significa que los productos culturales no están expuestos a las reglas de libre comercio entre los tres países.

Sin embargo, quedan temas que surgen sobre el efecto de los grandes grupos digitales y tecnológicos que son Netlifx, Amazon, Google, Apple y Facebook, y que, a pesar de la exención cultural, desestabilizan los mercados de producción cinematográfica, musical y los medios de comunicación en Canadá.

También se mantiene que el sector automotriz no estará sujeto a límites a las exportaciones ni a los aranceles de los automóviles fabricados en Canadá y enviados a los Estados Unidos. Es importante para la industria automotriz en Ontario, pero no es una victoria.

Aquí, simplemente podemos decir que no hemos perdido nada.

Lo que se pierde

El sector de la agricultura, el gran perdedor

Particularmente en Quebec, donde el sector se encuentra bajo una gestión de suministro del 40%.

Vacas lecheras pasteando en Nicomekl Farms, en Surrey, Columbia Británica, agosto de 2018. La reacción de los grupos empresariales canadienses a los términos de un pacto comercial renegociado entre Canadá, los Estados Unidos y México varía de alivio a consternación según los detalles del nuevo pacto propuesto que comienzan a difundirse. (Darryl Dyck / THE CANADIAN PRESS)

Las concesiones son significativas dice Fillion.  Hay que tomar en cuenta cuatro elementos:

*Canadá aumenta las cuotas libres de aranceles para las exportaciones de productos lácteos de los Estados Unidos: 3.59% de apertura adicional del mercado canadiense;

*Precios reducidos para la leche diafiltrada en Canadá con la abolición de la Clase 7, un acuerdo entre productores y procesadores para alentar la compra de leche canadiense de proteína en lugar de leche estadounidense;

(La leche diafiltrada es un producto de proteína en polvo que entra en Canadá libre de aranceles desde los Estados Unidos porque no se considera que es leche real)

*El acuerdo ahora prevé un límite máximo de 13,000 toneladas aplicadas a las exportaciones de sólidos no grasos de Canadá y, más allá de eso, un impuesto adicional sobre los productos lácteos exportados por los canadienses;

*Apertura adicional a las exportaciones estadounidenses en los mercados de aves de corral, huevos y pavos, hasta el 3,5% en este caso.

Un acuerdo limitado en el tiempo

Los estadounidenses no lograron obtener la cláusula que obligaría a los tres países a renegociar el acuerdo después de cinco años.

Sin embargo, los Estados Unidos lograron imponer límites temporales, es decir, una revisión del acuerdo cada 6 años y el final del acuerdo después de 16 años, a menos que las partes acuerden renovar el Tratado.

Finalmente Fillion califica el nuevo tratado como una victoria política para Trump

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, presenta el nuevo acuerdo comercial con Canadá y México en el Jardín de Rosas de la Casa Blanca. Foto: Reuters / Kevin Lamarque

Señala que el presidente estadounidense no transformó en profundidad un acuerdo que repudió con todas sus fuerzas.

Pero es él, al mismo tiempo, el que más gana con esta historia, gracias a las ganancias que pueden parecer modestas, pero que, en el aspecto político, lo benefician a Donald Trump.

Y sigue siendo coherente con sus líneas políticas: habla mucho con agricultores, con trabajadores de fábricas y trabajadores decepcionados por la apertura de los mercados y la globalización.

Peter Zimonjic, Rosemary Barton/CBC/ Gérald Fillion/Radio Canadá

Categorías: Economía, Internacional, Política
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