No se sabe cuántos son. Inmigración Canadá carece de datos de las personas que están sin estatus. Los Consejos en educación en la provincia de Ontario tienen una categoría que dice newcommers, recién llegados, estudiantes que ingresaron siendo niños al país o que tienen un estatus temporal. Pero no se sabe cuántos son.
– Francisco Rico Martínez cofundador del Centro de Refugio, de Toronto.
Esa es la cruda realidad que presenta Francisco Rico Martínez, quien desde hace casi treinta años trabaja con el FCJ Refugee Centre, conocido como Centro de refugio, en la ciudad de Toronto, ayudando a refugiados y a personas sin estatus a establecerse legalmente en Canadá.
Hace dos años se dirigió a la Universidad de York para analizar la posibilidad de crear un proyecto piloto para jóvenes sin estatus migratorio a los que se los llama soñadores.
EscucheQuiénes son estos jóvenes soñadores
Francisco Rico Martínez dice que son aquellos que llegaron a Canadá junto a sus familias. Vinieron muy jóvenes, de 3, 4 años y viven en Canadá desde hace muchos años.
Algunos entraron como solicitantes de refugio, perdieron sus casos, otros se tardaron mucho en recibir su audiencia, otros están sin estatus desde el inicio. Y estas personas han asistido, la gran mayoría, a la escuela elemental, a la secundaria en Toronto, donde se graduaron. Y toda esta gente ya no piensa regresar a su país, no tienen nada en su país de origen.
Esos jóvenes quieren seguir estudiando y la ley acá no permite el ingreso a la universidad.
Es así entonces, cuenta Rico Martínez que un grupo de jóvenes y el Centro de Refugio decidieron que tenían que hacer algo para poder lograr el acceso a la educación superior.
Y lo hicimos.
Empezamos a contactarlos, detectamos gente y le presentamos la idea a la Universidad York y se decidió implementar un proyecto piloto.
Había que hacerlo con persona que llenaban todos los requisitos, como tener el diploma de secundario y habla inglés, y que lo único que les faltaba era la autorización, el permiso de inmigración para estudiar.
Entonces, se creó Bridging Program, que es un programa de puente, en el que estos soñadores asisten a la universidad por un semestre recibiendo una asignatura. Si la pasan con una calificación específica, son aceptados en las carreras sociales y de arte. Y entran a la universidad como estudiantes regulares.
El único problema señala el cofundador del Centro de Refugio es que la universidad les cobra a estos jóvenes como estudiantes locales. Y eso sigue siendo una barrera.
Hemos logrados asistir a más de 70 personas en lo que va de este año y medio de existencia del proyecto. Y esto es porque no todo el mundo logra pasar el examen, hay otros que se retiran por razones económicas, etc.
El problema se complica por la falta de datos
No se sabe cuántos son. Inmigración Canadá carece de datos de las personas que están sin estatus. Los Consejos en educación en la provincia de Ontario por lo menos tienen una categoría que dice newcommers, recién llegados, estudiantes que ingresaron al país o que tienen un estatus temporal. Pero no se sabe cuántos son. Se detectan muchas escuelas secundarias aquí con un gran número de newcommers, de persona nuevas en el país, pero no sabemos el estatus migratorio de ellas.
Una vez que terminan la universidad ¿Qué pasa con su estatus migratorio?
Hemos creado el concepto Un camino a la residencia permanente a través de la educación superior.
Es decir, cuando ellos están en la universidad, que han sido aceptados, nosotros empezamos a trabajar con estos jóvenes, a presentar solicitudes de razones humanitarias, para que ellos, aun antes de salir de la universidad, obtengan su residencia permanente.
El objetivo final es que tengan la posibilidad de quedarse aquí viviendo legalmente, dice Rico Martínez.
El programa ya empieza a dar resultados
Hay dos casos, explica. Uno es el de un joven que durante años estuvo esperando resolver su caso de refugio. Llegó a Canadá a los 15 años, y estuvo esperando su audiencia de refugio durante unos 6 años. Finalmente entró a la Universidad York con el proyecto. Estábamos en el proceso de pedir la resolución de su estatus por razones humanitarias, cuando llegó la aprobación de su solicitud. Ganó entonces su caso.
El segundo fue el de una persona que solicitó el refugio, que fue rechazado.
Y cuando este soñador vino a nuestra oficina nosotros le informamos sobre el programa con York. Se incorporó y metimos la solicitud por razones humanitarias inmediatamente. Hace dos meses recibió su aceptación como residente permanente. Estoy seguro que fue este camino que tomó el que le hizo ganar su caso.
Porqué los jóvenes tardan tanto en ocuparse de su estatus migratorio
Para el canadiense de origen salvadoreño, el mismo un exrefugiado en Canadá y cofundador del Centro de Refugio, se trata en muchos casos de un problema de falta de información.
Algunos jóvenes ni siquiera saben que no tienen estatus en Canadá. Hubo un silencio por parte de la familia. Y en ese contexto ellos no hacen nada porque no saben.
Francisco relata el ejemplo de un joven que vino al Centro y contó que había ingresado al equipo de básquet de la escuela y que iban a jugar en un torneo en Estados Unidos. Los padres no tuvieron otra solución, sino decirle la verdad. Que no tenía un estatus migratorio por lo tanto no podía atravesar la frontera.
Entiende que los padres no quieran preocupar a sus hijos con esto, pero es una situación injusta para esos soñadores, dice Francisco. Y luego viene lo peor, agrega, porque cuando esos jóvenes descubren que no tienen estatus migratorio, les entra un temor horrible de que los descubran y los expulsen hacia un país que ni siquiera conocen.
Es una situación delicada. Pero ahí vamos, trabajando con los temores, con la falta de información, trabajando con los complejos que se generan por esto, de que soy un ser humano de segunda clase. Muchos esperan tener los 18 años para hacer la solicitud, cuando son mayores de edad, porque los padres no quieren hacerlo. Es un proceso familiar bastante complicado el hacer la solicitud para la residencia permanente.
Esto y más en la entrevista de RCI con Francisco Rico Martínez, cofundador del Centro de Refugio, de Toronto.
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