El Premio Nobel de la Paz fue otorgado este viernes a Nadia Murad, defensora de los derechos de los yazidíes y sobreviviente de la esclavitud sexual del Estado Islámico, y a Denis Mukwege, un médico que trata a víctimas de la violencia sexual en la República Democrática del Congo.
El Comité Noruego del Nobel los galardonó con el premio por sus esfuerzos para poner fin al uso de la violencia sexual como arma de guerra.
“Denis Mukwege es un cooperante que ha dedicado su vida a defender a esas víctimas. Nadia Murad es la testigo que cuenta los abusos perpetrados contra ella y otras”, dijo la institución en su anuncio. “Cada uno ha contribuido a su manera a dar mayor visibilidad a la violencia sexual en tiempos de guerra, para que quienes cometan tales actos respondan por ellos”.
Mukwege dirige el Hospital Panzi en la ciudad de Bukavu, al este de la República Democrática del Congo. Abierta en 1999, la clínica recibe a miles de mujeres cada año, muchas de ellas necesitadas de intervenciones quirúrgicas por la violencia sexual.
Murad es una defensora de la minoría yazidí en Irak y lucha por los derechos de los refugiados y las mujeres en general. Fue esclavizada y violada por combatientes de Estado Islámico en Mosul en 2014.
“La violación en la guerra es un crimen desde hace siglos, pero era un crimen en la sombra. Los dos galardonados lo han puesto bajo el foco de atención”, dijo Dan Smith, director del Instituto Internacional de Estocolmo para la Investigación de la Paz (SIPRI, por sus siglas en inglés).
Mukwege, quien ya ganó en el pasado el Premio de los Derechos Humanos de Naciones Unidas y el Premio Sajarov del Parlamento Europeo, operó a multitud de mujeres violadas por combatientes e hizo campaña contra esta realidad.
Él se encontraba en una sala de operaciones cuando supo la noticia. “Puedo ver en las caras de muchas mujeres lo felices que están por este reconocimiento”, dijo Mukwege en ese momento a la Fundación Nobel en una entrevista grabada publicada en la cuenta de Twitter de la institución, en referencia a las pacientes de su hospital.
Por su parte, Murad dijo sentirse honrada por el galardón. “Comparto este premio con todos los yazidíes, con todos los iraquíes, kurdos y todas las minorías y sobrevivientes de la violencia sexual en todo el mundo”, señaló en un comunicado.
Murad tenía 21 años en 2014 cuando militantes de Estado Islámico atacaron la aldea en la que se crió en el norte de Irak. Los combatientes mataron a los que se negaron a convertirse al Islam, incluidos seis de sus hermanos y a su madre.
Junto con otras jóvenes, ella fue capturada por los militantes y abusada sexualmente como parte del comercio de esclavos llevado a cabo por el grupo armado Estado Islámico. Murad logró escapar con ayuda de una familia musulmana suní en Mosul para convertirse en una defensora de los derechos de su comunidad en todo el mundo.
En 2017, Murad publicó “Yo seré la última”, un brutal testimonio de su cautiverio. “En un momento dado, solo había violaciones y nada más. En eso se convirtió un día normal”, cuenta en su libro.
Murad, que también ganó el Sajarov, es la segunda galardonada más joven con el Nobel de la Paz, después de Malala Yousafzai.
El galardón será presentado en Oslo el 10 de diciembre, aniversario de la muerte del industrial sueco Alfred Nobel, que instituyó los premios en su testamento en 1895.
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