Menos inmigrantes en el Quebec del nuevo gobierno, ¿es una buena idea?

Durante la campaña electoral de la provincia francófona, François Legault, hoy primer ministro electo de Quebec, presentó una de las medidas principales para el gobierno del que hoy está a la cabeza: reducir el número de inmigración a 40.000 para 2019. En comparación, en 2017  llegaron a la provincia más de 52.000 inmigrantes. 

François Legault (Foto: ©REUTERS/Mathieu Belanger)

En el gran debate del 13 de septiembre, François Legault líder del partido de centro-derecha, Coalition Avenir Québec (CAQ), provocó la ira de sus oponentes al declarar que quería «expulsar a las personas que aún no sean ciudadanos». Afirmó que expulsaría a aquellos recién llegados que no pasaran las pruebas de francés y de «valores» que el jefe del CAQ impondría.

Legault incluso dijo que había un «riesgo» de que «nuestros nietos ya no hablen francés», defendiendo así estos exámenes.

El líder de la CAQ dijo que quería reducir en un 20% cada una de las categorías de inmigrantes, incluyendo a los refugiados, cuya llegada, dicho sea de paso,es manejada exclusivamente por el gobierno federal. Algunos diputados de l partido de François Legault expresaron anónimamente su sorpresa.


¿Pero puede realmente Quebec permitirse recibir menos inmigrantes?

Digamos que, hipotéticamente, los inmigrantes vinieran a Quebec y a Canada solamente para trabajar y no para ser ciudadanos de pleno derecho. Aún en ese contexto el proyecto de nuevo gobierno caquista encontrará varios obstáculos en su camino en la reducción del número de inmigrantes.

Faltan trabajadores

Quebec, como el resto de Canadá es víctima de una escasez profunda de mano de obra, sobre todo en las regiones fuera de las zonas urbanas. Las compañías manufactureras regionales tienen dificultad para contratar trabajadores no calificados para satisfacer sus necesidades. Los dueños de empresas agrícolas se quejan repetidamente de no poder encontrar jornaleros que acepten las difíciles condiciones del sector. 

©iStock/rightdx

El cronista económico René Vezina, dijo esta semana que la realidad económica terminará por atrapar al nuevo primer ministro.

Desde hace más o menos 20 años se habla de llevar a los inmigrantes a las regiones [fuera de las urbes] y no  ha funcionado. Hace 30 años, 87% de los inmigrantes se instalaban en la zona metropolitana de Montreal y las últimas cifras [2016] indican que 85% de los inmigrantes siguen instalados en la metrópolis quebequense. No ha cambiado mucho. También hay que comprender que ciertos eventos que no han favorecido la presencia de inmigrantes en región. El ministerio de la Inmigración cerró todas sus oficinas en las regiones de Québec. Claro está, es difícil de hacer la regionalización de los inmigrantes si no hay antenas en los sitios. Además, está la cuestión de la selección de los inmigrantes que es deficiente. Se trabaja con formularios de evaluación de los candidatos a inmigrantes en los que los diplomas universitarios acumulan más puntos. Pero Quebec necesita gente con oficios como soldadores, de los que se habla mucho, pero oficios en general. ¡Faltan carniceros en Quebec! Entonces es necesario organizar este proceso de selección porque más allá del número de inmigrantes, 40 o 50 mil, lo que se necesita es adecuar la selección a las necesidades pero también para que los que llegan puedan ganar su vida dignamente.»René Vézina, analista económico

El economista también explica que si se cree que los inmigrantes son parte de la estrategia para paliar la escasez de mano de obra el gobierno tendrá que ponerse serio y darle el ministerio de la Inmigración necesitará un presupuesto serio.

La selección y la integración de los inmigrantes requieren dinero. Entiendo que la salud sea un desafío central en Quebec, pero aún así. En el presupuesto 2008 – 2019, el presupuesto de la inmigración es doce veces menor que el presupuesto del ministerio de la Salud. Esto equivale al 3 o el 4% del presupuesto total, a penas un poco más que el turismo. Si queremos lograr hacer frente a la escasez de mano de obra, tomando en cuenta lo importante del asunto, se necesita dinero. Vamos a ver lo que nos propondrá el nuevo gobierno pero por el momento, la parte que le corresponde a la inmigración en el presupuesto, es marginal. René Vézina, analista económico

Según lo que François Legault anunció durante la campaña, en su gobierno existirán dos categorías de inmigrantes económicos en Canadá; los de Quebec tendrían menos derechos que los que eligen ir a otras provincias y correrán el riesgo de convertirse en ilegales.

Además, tendrían que esperar dos años más para convertirse en ciudadanos canadienses. Además, la idea del CAQ podría crear una parálisis en la tramitación de los casos y sería difícil de aplicar ya en 2019.

©iStock/Juanmonino

Colegas de Radio-Canadá en francés, hicieron algunas verificaciones y concluyeron que si trata de cumplir lo que prometió durante la campaña en cuanto a la inmigración, François Legault se embarcaría en un camino sinuoso con varios obstáculos. ¿Por qué? Vamos por partes:

  1. Quebec no tiene poder sobre los programas de refugio y de reunificación familiar
    El líder del CAQ primero quiso reducir el número de inmigrantes en estas dos categorías antes de reconocer que Quebec no tenía el poder para hacerlo. ara ello, habría sido necesario renegociar el Acuerdo de Inmigración Canadá-Quebec, que exige que la provincia reciba el 23% de los refugiados canadienses, lo que equivale a la proporción de la población de Quebec en Canadá.
  2. Dos categorías de inmigrantes económicos
    Normalmente, cuando Quebec acepta a un trabajador calificado, le expide un Certificat de sélection du Québec (CSQ) y el gobierno federal autoriza su presencia en suelo canadiense con una visa de residente permanente. La CAQ quiere exigir que estos recién llegados continúen siendo residentes temporales durante un máximo de tres años. El certificado de selección de Quebec sería reemplazado por un nuevo Certificado de Acompañamiento Transitorio. Para lograrlo, habría que modificar las leyes de inmigración a nivel provincial y federal, así como el acuerdo Canadá-Quebec sobre inmigración.
  3. Menos derechos que en otras provincias
    Cuando un inmigrante obtiene el estatus de residente permanente, el gobierno federal le garantiza los mismos derechos que a un canadiense, con la excepción del derecho a votar. A diferencia de otras provincias, los recién llegados a Quebec no se beneficiarían de las disposiciones de la Carta canadiense sobre el derecho de circulación y de asentamiento. Si Legault expide sus certificados temporales, habría entonces dos categorías de inmigrantes residentes, aquellos con derechos plenos y los demás.
  4. Más tiempo para convertirse en canadiense
    Una vez que aprueben sus exámenes (de «valores» y de francés) en un plazo de tres años y se les permita permanecer en Quebec permanentemente, los inmigrantes económicos de un gobierno de la CAQ deberán esperar más tiempo que en cualquier otro lugar de Canadá para obtener su ciudadanía. 

©iStock/Juanmonino

La analista política, Chantal Hébert, piensa por su parte que François Legault sabe muy bien que su reforma del sistema inmigratorio no pasará la prueba a nivel federal.

En lo que se refiere a la inmigración, los exámenes de francés, etc. yo estoy segura que Legault se va dar de frente con un muro en Ottawa (gobierno canadiense) y que va a estar muy contento de ello porque podrá decirle a sus electores: «No puedo cumplir todas mis promesas porque Justin Trudeau me lo impide». Y luego, [el primer ministro electo] va a pasar a otra cosa porque el gobierno federal se reunirá pronto con él  para explicarle cómo funciona el acuerdo inmigratorio [entre Quebec y Ottawa] y sobre todo para decirle cuánto dinero la provincia recibe de parte del federal por cada inmigrante recibido, comparado con otras provincias canadienses. Después, le preguntarán si realmente quiere debatir al respecto.»Chantal Hébert, analista política

Hablar de símbolos religiosos = controversia asegurada
Les quatre militants assis à une table.

Las activistas Viviana Medina, Scott Weinstein, Javiera Araya y Safa Chebbi en una conferencia de prensa. Foto: Radio-Canadá/Julie Marceau

No le corresponde al estado decirle a una mujer lo que debe o no debe ponerse. Esto es inaceptable. Rechazamos este proyecto de ley libertario y antifeminista!Safa Chebbi, miembro del Consejo de Administración de Alternatives Group

La activista reaccionaba con estas palabras a lo que los diputados electos Geneviève Guilbault y Simon Jolin-Barrette del partido de François Legault, advirtieron el miércoles acerca de los empleados del gobierno de Quebec en posición de autoridad que «deberán cambiar de empleo si quieren portar símbolos religiosos», como el velo musulmán, la kippa judía, el turbante u otros, en el trabajo.

Los grupos comunitarios Montreal Antifacista, Solidaridad sin fronteras, Voces judías independientes, el Centro de trabajadores migrantes y la Convergencia de luchas anticapitalistas dijeron en una conferencia de prensa el jueves que la CAQ es un «peligro social».

Scott Weinstein de Voces judías independientes invitó a todos los maestros a usar deliberadamente símbolos religiosos en solidaridad con los maestros que se verán afectados por esta futura legislación, si se aprueba.

Por su parte, el gobierno electo anunció que trabajará rápidamente para pasar una «ley real sobre el laicismo» y que su partido estaría dispuesto a utilizar la cláusula no obstante de la Constitución si las disposiciones de esta futura legislación fueran impugnadas ante los tribunales.

Recordemos que esta cláusula, también conocida como Cláusula Derogatoria, permite al Parlamento federal o a un órgano legislativo provincial aprobar leyes que establezcan excepciones a determinadas secciones de la Carta («no obstante las disposiciones de la Carta»).

Justin Trudeau. (Foto: ©REUTERS/Christinne Muschi)

El Primer Ministro de Canadá, Justin Trudeau, advierte al Primer Ministro electo de Quebec, François Legault, que «reflexione detenidamente antes de invocar la cláusula de no obstante».

Añadió que el uso de la cláusula «sólo debe hacerse en momentos excepcionales y después de mucha reflexión» y «muchas consideraciones profundas sobre las consecuencias».

El primer ministro también dijo que «eliminar o evitar la defensa de los derechos fundamentales de los canadienses» es «algo que no debe ser tomado a la ligera».

El analista político de Radio-Canada, Michel C. Auger cree que en principio, los quebequenses estarían de acuerdo con su medida de eliminar los símbolos religiosos cuando una persona tiene una cierta autoridad sobre otra, pero que el apoyo se marchita cuando hablamos de las consecuencias, en particular de la pérdida de puestos de trabajo.

Además, escribe, que se sepa, «no hay un problema significativo y urgente de los símbolos religiosos en Quebec hoy en día. Y no basta dice, con que teóricamente estos símbolos molesten a la gente.

«Por lo que sabemos, ni un juez, ni un policía, ni un fiscal los usa y no hay invasión a la vista. Sobre todo porque, en nuestro sistema jurídico, el argumento de que no debemos esperar a que esto ocurra antes de legislar no es válido. De lo contrario, estaríamos legislando sobre la posible invasión de marcianos. »Michel C. Auger, analista político

Lo cierto es que en meses siguientes veremos si las propuestas de campaña del nuevo gobierno de Quebec pasarán las pruebas de los tribunales, de la economía y de la opinión pública.

Con informaciones de Radio-Canada, la Asamblea Nacional de Quebec, Gobierno de Canadá. 
Categorías: Economía, Política, Sociedad
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