Nuestro trabajo se ha globalizado y tratamos de ayudar a las personas que se presentan a la puerta sin poner atención en su color ni religión, ni en su pasado político, sino en el simple hecho de que son seres humanos que merecen un servicio y un apoyo en esta sociedad.
-Francisco Rico Martínez cofundador del Centro de Refugio
Sabe de lo que habla. Fue abogado e investigador de violaciones de los derechos humanos en su país de origen El Salvador. Eso le significó ser perseguido y torturado por las fuerzas militares de ese país centroamericano. Se refugió en Canadá hace 28 años y decidió que ayudaría a todas las personas que llegaran a este país en búsqueda de paz, y que hubieran sufrido violencia, tortura y cualquier tipo de persecución.
Así nació el Centro de Refugio, FCJ, en la ciudad de Toronto. Lo que empezó como un centro de ayuda a los refugiados se convirtió hoy en un organismo globalizado que sigue respetando su mandato inicial de ayuda al refugiado, pero al que se le fue agregando diferentes departamentos, como el de atención a las víctimas de trata.
Hablamos con Francisco Rico Martínez cofundador del Centro de Refugio, de Toronto.
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Francisco Rico-Martínez, codirector del Centro de Refugiados FCJ, con una familia de refugiados en su oficina. (Mehrdad Nazarahari / CBC News)
Es uno de los organismos más importantes de la ciudad de Toronto. Su mandato es muy claro: Proveer refugio y necesidades básicas de vida como comida, ropa y transporte a mujeres y niños. Proveer, para los refugiados y otras personas desprotegidas, educación, consejería y otros servicios de ayuda, incluyendo servicios de interpretación, referencias para asistencia legal y social, proveer programas y talleres que enseñan al inmigrante el estilo de vida canadiense, entre otros.
Rico Martínez hace una distinción clara entre los servicios que reciben los refugiados patrocinados por el gobierno canadiense y los que piden refugio en la frontera de Canadá o en los aeropuertos.
Los solicitantes de refugio en Canadá no tienen acceso a muchos servicios aclara.
“Entonces decidimos tratar de llenar esa brecha que había en el servicio y desde hace 27 años trabajamos en esto y hemos iniciado un montón de cosas, como el trabajo contra la trata de personas, estamos en un programa de acceso a la educación, estamos muy vinculados con la ayuda legal, con asesoría, con personas sin estatus. Nuestro trabajo se ha globalizado en ese aspecto y tratamos de ayudar a las personas que se presentan a la puerta sin poner atención en su color, ni religión, ni en su pasado político, sino en el simple hecho de que son seres humanos que merecen un servicio y un apoyo en esta sociedad”.
Convergencia del derecho y la economía en el trabajo de Francisco
Francisco Rico Martínez es abogado y economista. ¿De qué manera ambas profesiones se entrelazan en su trabajo cotidiano del centro de Refugio?
Me sirven ambas dice, por dos cosas: una está relacionada con el aspecto de los derechos humanos, mi especialidad en tanto que abogado.
El proceso de refugio en Canadá es un proceso universal que está definido por la Convención de Refugiados de 1951, de Ginebra. Es sobre esa base, los principios jurídicos que yo asimilé y mi experiencia en el marco de la guerra civil, en el marco de investigación y protección de los derechos humanos en El Salvador y en otros países, que ahora se materializa en la forma que uno trabaja un caso.
La segunda, en economía, dice Francisco, me sirve porque uno logra entender las bases económicas de los casos de refugio.
Seguimos peleando por que la extrema pobreza sea considerada como una causal de refugio. Ella afecta a todo ser humano, su futuro, su dignidad, algunas personas están huyendo por “razones económicas”, pero realmente huyen de una persecución económica.
Algunos están huyendo de los megaproyectos de las minas, la contaminación, y eso me ayuda a nivel económico a entender ese impacto que tiene en esa persona y que los sistemas no están condicionados o equipados para proteger a personas que están enfrentando este tipo de situación.
Le preguntamos a Rico Martínez si los funcionarios de inmigración de Canadá comprenden ese tipo de reflexión que hace el Centro de Refugio. ¿Son escuchados por el gobierno?
El codirector del organismo hace la distinción entre el gobierno del conservador Stephen Harper con los gobiernos de los liberales. Afirma que durante Harper, las puertas del gobierno estuvieron siempre cerradas. Mientras que el gobierno liberal, al contrario, intenta comprender las realidades de las personas que piden refugio. “Hay un esfuerzo de acercamiento esa realidad”.
En los últimos 24 meses, un número mayor de personas llegó a Canadá en busca de refugio.
Photo Credit: Charles Krupa
Puertas abiertas, la filosofía detrás del Centro de Refugio
“Pero lo que más me ayuda es mi casa solariega. Mis padres eran dos maestros que siempre abrieron la puerta a todo el mundo. Familiares, amigos, personas desconocidas que dormían en nuestra casa pero que tenían algo que hacer en la gran ciudad.
Desde entonces vengo con ese concepto de puertas abiertas, de compartir no lo que nos sobra sino lo que tenemos.
Y también de que la persona que recibe en esa casa es la que hace al huésped. Porque el huésped responde dependiendo de cómo el dueño de la casa se comporta con él. Y en base a esos principios es que nosotros funcionamos en la oficina.
El crecimiento del organismo debido a la incorporación de nuevos programas, se refleja en el aumento del personal que trabaja. Pasó de 2 en sus inicios a 10, y obtiene fondos de los gobiernos provincial y municipal así como de fundaciones privadas.
Francisco detalla cómo trabaja concretamente el Centro, cuando una persona se presenta a su puerta y dice que pide asilo.
Esto y más en la entrevista de RCI con Francisco Rico Martínez cofundador del Centro de Refugio, de Toronto.
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