La ciudad de Winnipeg tiene uno de los bosques urbanos más impresionantes de América del Norte.Pero ese bosque está bajo ataque de una triple amenaza. Y la ciudad, desde hace mucho tiempo, está buscando soluciones.

Cada punto en el mapa representa un olmo que se derribó en 2014 debido a una infección por la enfermedad del olmo holandés.
Son majestuosos árboles altísimos, que proporcionan sombra en ciudades cálidas, y vida a aves y animales. Pero una vez más se van a tirar abajo cientos de olmos este año, en Winnipeg, provincia de Manitoba.
Es parte de la batalla en curso contra la enfermedad del olmo holandés. La enfermedad es un hongo que mata al árbol y se transmite por el escarabajo de corteza de olmo. Recibe su nombre «holandés» de los investigadores holandeses que lo identificaron en 1921.
La enfermedad llegó por primera vez a América del Norte con escarabajos infectados que llegaron a fines de la década de 1920 en la madera destinada a la industria del mueble de los EE. UU. Y nuevamente en la década de 1940, cuando llegó a América del Norte una variante ligeramente diferente y más agresiva.
Desde la década de 1960, Canadá ha perdido cientos de miles de grandes olmos, especialmente en las provincias centrales y orientales.
La ciudad de Winnipeg, hoy, se ha convertido en un estudio de caso global sobre el manejo de plagas de bosques urbanos.
La guardabosque de la ciudad, Martha Barwinsky, llevó a expertos de Canadá y de Estados Unidos a visitar los bosques urbanos.
.Estamos en una crisis. Realmente corremos el riesgo de perder una parte importante de nuestro dosel y eso tiene un gran impacto en nuestra calidad de vida en Winnipeg.
Con aproximadamente 230,000 árboles individuales Winnipeg tiene la mayor población de olmos estadounidenses de todas las ciudades de América del Norte pero esa población se está reduciendo víctima de la enfermedad del olmo holandés.
Marcamos más de 8,000 árboles el año pasado para su eliminación. La mayoría de esos árboles estaban enfermos.

La guardabosques de la ciudad, Martha Barwinsky, está de pie junto a un olmo marcado para morir en Lipton Street, en el West End de Winnipeg. (Bryce Hoye / CBC)
La ciudad no puede controlar el creciente número de árboles enfermos y el retraso en resolver el problema está ayudando a que la enfermedad se propague más rápido y más lejos.
Así que la ciudad está trabajando ahora con investigadores para entender cómo se propaga la enfermedad.
Richard Westwood es presidente de ciencias ambientales en la Universidad de Winnipeg.
«En realidad sí podemos ver cuántos escarabajos había allí. Y eso puede darnos alguna información de lo infectado que estaba el lugar».
Entonces la ciudad puede decidir qué árboles quitar primero.
Podemos elegir los que más contribuyen a la propagación de la enfermedad. Sacarlos rápido. Bajar el número de escarabajos que vuelan alrededor y luego podemos trabajar en los próximos 6 u 8 meses y sacar los árboles restantes.
La ciudad ha ido sustituyendo a los olmos muertos por fresnos.
Pero ELLOS ahora están siendo atacados por un escarabajo, el barrenador verde esmeralda, que ya ha devastado árboles en las provincias de Ontario, Quebec y partes de los EE. UU.
Ese es un problema para las ciudades de las praderas como Winnipeg.

Este árbol tuvo el primer caso confirmado de una infestación de barrenador esmeralda del fresno en la ciudad, en un bulevar público en Cote Street en St. Boniface. (Ciudad de Winnipeg)
La ciudad ha estado plantando un stock de especies más diversas en la última década como una futura salvaguarda, y trabajando con los viveros locales para hacer lo mismo. Pero esa diversidad puede que no proporcione mucha defensa cuando los escarabajos barrenadores esmeralda invadan dijo Barwinsky.
«Ya no estamos plantando fresnos en este momento mientras nos preparamos para el barrenador esmeralda entrante», dijo Barwinsky. «Será una pérdida significativa de nuestro bosque.
«Con los fresnos habrá una gran pérdida y solo estamos manejando la mortalidad. Con los olmos, sabemos que podemos preservarlos».
Las cuadrillas de control de insectos están perforando agujeros en la base de estos fresnos.
Y están inyectando dos pesticidas que hacen que los árboles tengan un sabor desagradable para el barrenador verde esmeralda y también que maten a cualquier escarabajo inmaduro que pueda estar escondido en el interior.
Pero los pesticidas no hacen nada para proteger a los árboles de la tercera amenaza: el psílido algodonoso o piojos saltarines.

El psílido algodonoso se encontró por primera vez en Winnipeg el verano pasado, pero se ha visto de forma esporádica en toda América del Norte durante aproximadamente un siglo. (Gobierno de Manitoba)
Fueron descubiertos en Winnipeg el verano pasado y hasta ahora, los esfuerzos para eliminarlos, no han sido muy efectivos.
“Somos únicos aquí. Estamos experimentando estas plagas invasoras al mismo tiempo. Tengo un colega de Estados Unidos que nos dijo que somos la sopa de letras de plagas invasoras para la silvicultura urbana. Y casi que lo somos”, dice Barwinsky.
Durante la próxima década se gastarán más de 100 millones de dólares tratando de salvar este bosque urbano.
Esto, mientras se buscan nuevas variedades de árboles para rellenar los huecos.
KPauls/CBC-Winnipeg/Calgary.ca/Wikipedia
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