El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo este miércoles que no quiere distanciarse de Arabia Saudita pese a la desaparición del periodista saudita Jamal Khashoggi en el consulado de Arabia Saudita en Estambul, y la presión sobre el reino para responder a las revelaciones turcas de que el periodista fue asesinado por agentes enviados por la monarquía saudita.
“No quiero hacer eso”, dijo Trump en una entrevista con Fox Business Network cuando se le preguntó si Estados Unidos tomaría una distancia crítica de su aliado en el Golfo Pérsico, y en la que reiteró su esperanza de que la monarquía saudita no esté involucrada en la desaparición de Jamal Khashoggi.
Trump también mencionó como razón las multimillonarias ventas de armas y contratos de billones de dólares firmados con la monarquía teocrática.
El presidente Trump, junto al príncipe heredero Mohammed bin Salman, explica las ventas de materiales bélicos a la monarquía de Arabia Saudita. (Foto: CBC)
Mientras tanto, el principal diplomático estadounidense, el ex director de la CIA, Mike Pompeo, dijo que a Riad se le deberían dar unos días más para completar una investigación sobre la desaparición del veterano periodista, un crítico del príncipe heredero de la corona Mohammed bin Salman.
Funcionarios turcos señalaron que creen que Khashoggi, columnista del Washington Post, fue asesinado en el consulado de Arabia Saudita en Estambul el 2 de octubre y su cuerpo fue retirado del lugar.
Fuentes turcas dijeron que las autoridades tienen una grabación de audio que indica que Khashoggi fue asesinado dentro del consulado.
El reino saudita, condenado internacionalmente por llevar a cabo decapitaciones públicas, han negado enérgicamente tales acusaciones, pero los medios de comunicación estadounidenses han informado que finalmente reconocerán que fue asesinado en un interrogatorio que acabó fuera de control.
Trump ha especulado, sin proporcionar evidencia, de que los “asesinos canallas” podrían ser los responsables.
La manera en la que el príncipe heredero saldrá de la crisis será una prueba de cómo los países ricos tratarán con Arabia Saudita en el futuro. El asunto será ver hasta qué punto los países occidentales consideren que el temerario príncipe heredero Mohammed bin Salman sea el responsable de lo ocurrido a Khashoggi.
Pompeo se reunió con el presidente y el ministro de Relaciones Exteriores de Turquía para hablar sobre la desaparición de Khashoggi, un día después de que Trump concedió a Arabia Saudita el beneficio de la duda. Sin embargo, los legisladores estadounidenses apuntaron al liderazgo saudita.
Khashoggi, residente en Estados Unidos, desapareció durante una visita al consulado el 2 de octubre para buscar documentos para su matrimonio. Un equipo de investigadores turcos ingresó a la residencia del cónsul saudita el miércoles después de varias postergaciones.
La búsqueda incluyó el techo y el garaje y empleó una aeronave no tripulada para vigilar las instalaciones.
Por su lado, el cónsul general de Arabia Saudita se puso a buen recaudo, abandonando Turquía rumbo a Riad el pasado martes.
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