La Asamblea General de la ONU aprobó masivamente su vigesimoséptima resolución anual pidiendo el fin del embargo económico impuesto por Estados Unidos contra Cuba. Esto tras el fracaso de Washington que intentó modificar el texto para presionar a La Habana para que mejore su historial en derechos humanos.
Aunque la votación en la ONU tiene peso político, Estados Unidos optó en el pasado ignorar la voluntad de la comunidad internacional. Solamente el Congreso estadounidense, bajo control del partido de Donald Trump, puede levantar el bloqueo comercial que dura más de 50 años.
Estados Unidos e Israel votaron en contra de la resolución, que fue aprobada por 189 países. Ucrania y Moldavia se abstuvieron.
Estados Unidos ha votado sistemáticamente en contra de las resoluciones de la ONU durante 24 años, pero se abstuvo por primera vez en 2016 al término del Gobierno de Barack Obama, quien impulsó una relación más estrecha entre Washington y La Habana.

Desde que Donald Trump llegó a la presidencia estadounidense en enero de 2017, las relaciones con Cuba se han deteriorado drásticamente ya que el hombre fuerte en la Casa Blanca decidió reforzar las restricciones comerciales y de viajes que Obama había flexibilizado.
Estados Unidos votó en contra de la resolución de la ONU el año pasado junto con su aliado Israel. Los 191 miembros restantes de la Asamblea General votaron a favor.
Este año, Estados Unidos propuso ocho enmiendas a la resolución, incluido un llamado a Cuba a “otorgar plenamente a sus ciudadanos derechos y libertades civiles, políticos y económicos reconocidos internacionalmente, entre ellas la libertad de reunión, la libertad de expresión y el libre acceso a la información”.
Esas enmiendas fracasaron después de que más de 113 países votaron en contra. Solo Estados Unidos, Israel y Ucrania votaron a favor de las ocho modificaciones y más de 65 países se abstuvieron.
El ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez, dijo el jueves que el Gobierno de Estados Unidos carece de autoridad moral para criticar a su país y a otros países en materia de derechos humanos.
“El embargo es una violación de los propósitos y principios de la Carta de Naciones Unidas y del derecho internacional”, dijo antes de la votación. “Es un acto de agresión y un acto de guerra económica que trastorna la paz y el orden internacional”.
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