Las elecciones de mitad de mandato en Estados Unidos, que se llevaron a cabo el pasado martes, le han arrebatado al presidente de Estados Unidos el control que tenía en la Cámara de Representantes del Congreso de ese país.
Esa victoria de los demócratas, que no llegaron a ganar el Senado y más bien perdieron escaños, tendrá consecuencias en Canadá, tanto comerciales como políticas. Canadá y Estados comparten la frontera más larga del mundo, con una longitud de cerca de nueve mil kilómetros.
Esas elecciones fueron uno de los temas centrales de la semana para la prensa canadiense. En un editorial publicado al día siguiente de esos comicios, el periódico de mayor tiraje en Canadá, el Toronto Star, le dedicó un editorial.
Dicen que un animal herido es más peligroso, sostiene el Toronto Star, y Donald Trump ha sido herido políticamente, con los demócratas tomando el control de la Cámara de Representantes en las elecciones de mitad de período del martes. Ahora Trump está atacando de manera verdaderamente peligrosa, dice el periódico de la metrópolis canadiense.
Un votante llena su boleta para las elecciones de mitad de período en un centro de votación en Madison, Wisconsin, el 6 de noviembre de 2018. (Nick Oxford/Reuters)
Trump argumentó que los resultados de esas elecciones significaban una «gran victoria» para él, dado que el partido del presidente en el poder casi siempre pierde terreno a mitad de su mandato.
Sin embargo, sus reacciones al día siguiente de la votación revelaron bastante sobre su verdadero estado de ánimo. Trump ha sido humillado por los votantes y él lo sabe.
Trump protagonizó una notable rabieta pública contra los medios de comunicación y expresó abiertamente su satisfacción por la derrota sufrida por los miembros de su propio partido que se distanciaron de él.
Interrogado sobre si la nueva Cámara de Representantes, controlada por los demócratas, podría intensificar las investigaciones sobre sus asuntos políticos y financieros, Trump lanzó una ominosa y posiblemente ilegal amenaza de tomar represalias investigando a los congresistas
Lo más preocupante es que echó abruptamente del cargo a su Procurador General, Jeff Sessions, en una medida que puede facilitarle la tarea de poner fin o limitar severamente el trabajo de Robert Mueller, un fiscal especial que investiga una presunta interferencia rusa en las elecciones presidenciales de 2016.
El Secretario de Justicia de Estados Unidos, Jeff Sessions (izq.), fue obligado a renunciar a su cargo y fue reemplazado por Matthew Whitaker, un incondicional de Trump que trabajó como jefe de personal de Sessions. (Pablo Martinez Monsivais/Prensa Asociada; Charlie Neibergall/Prensa Asociada)
No está claro hasta dónde se atreverá a llegar Trump. Los demócratas y muchos otros ya están advirtiendo sobre la posibilidad de una «crisis constitucional» en Estados Unidos si el presidente intenta cerrar esa investigación dirigida por Robert Mueller sobre posibles vínculos entre Rusia y la campaña de Donald Trump a la presidencia.
La forma en que Trump está procediendo hasta ahora representa una amenaza real, dice el Toronto Star. Lejos de ser contenido por un electorado que le dio el control de la Cámara de Representantes a los demócratas, el presidente de Estados Unidos está demostrando que puede estar volviéndose aún más peligroso.
Para entender esta situación, dice el editorial del Toronto Star, basta considerar las cualidades del hombre que Trump escogió para reemplazar a Sessions como jefe interino del Departamento de Justicia de Estados Unidos.
Se trata de Mark Whitaker, jefe de personal de Sessions, quien ingresó al Departamento de Justicia el año pasado, sólo un mes después de escribir un comentario para la red informativa CNN con el título «La investigación de Mueller sobre Trump está yendo demasiado lejos».
En su artículo, Whitaker argumentó que las pesquisas de Mueller estarían «peligrosamente cerca de cruzar» una frontera si examina las finanzas de la familia Trump como parte de su investigación sobre la intromisión rusa. Si eso ocurriera, «suscitaría serias preocupaciones de que la investigación del fiscal especial es sencillamente una caza de brujas». Y especuló en una entrevista de televisión sobre la posibilidad de recortar los fondos a la investigación de Mueller, «tanto que su investigación acabaría paralizada casi por completo».
Este es el hombre que ahora está a cargo del Departamento de Justicia de Estados Unidos y quien se encargará de supervisar directamente a Mueller, dice el editorial del periódico canadiense.
Este panorama plantea la posibilidad de que la investigación de Mueller sea cerrada, o al menos paralizada, ya sea limitando severamente el alcance de sus actividades o simplemente cortándole los fondos. De cualquier manera, esto abriría las puertas a un enfrentamiento entre Trump y los demócratas que acaban de lograr una victoria el pasado martes.
Esa victoria fue real, aunque no llegó a ser la “marejada azul» que muchos esperaban después de casi dos años de mal gobierno de Trump, sin ningún control de ninguna de las dos cámaras del Congreso.
La líder demócrata Nancy Pelosi, que regresará a la Cámara de Representantes como líder de la mayoría, dice que los resultados de mitad de período buscan defender los principios de la constitución estadounidense. (Foto: CBC TV)
Trump proclamó que esas elecciones de mitad de mandato eran un «referéndum sobre su persona», así que no es difícil ver esa votación como una reprimenda a su horrible mezcla de intimidación, nacionalismo agresivo y repudio de todas las normas de comportamiento político. Por fin, los votantes estadounidenses trazaron una línea al respecto.
Pese a ese rechazo, los republicanos lograron aumentar su mayoría en el Senado, una hazaña poco común en unas elecciones de mitad de período. La legendaria «base» de Trump no lo abandonó, y él pudo consolarse lo suficiente con esos resultados como para proclamar que había «desafiado la historia».
La votación del martes fue un paso en el camino para poner fin a la destructiva era de Trump. Pero esa lucha está lejos de haber acabado. Está claro que Donald Trump no dudará en rechazar cualquier amenaza a su poder, dice finalmente el editorial del periódico canadiense Toronto Star.
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