Para muchos canadienses la fecha del 11 de noviembre, que es el día en que se conmemora a los caídos en las guerras en una serie de eventos con el nombre “Día del Recuerdo”, es una fecha con muchos significados.
La Primera Guerra Mundial, en la que el mundo vio una carnicería hasta entonces inimaginable, producto de la combinación de los nacionalismos y los avances tecnológicos de las industrias de guerra, dejó un saldo de unos 10 millones de muertos y otros 20 millones de heridos.
Ese conflicto acabó a las 11 horas del onceavo día del onceavo mes, noviembre, de 1918. Hace exactamente un siglo atrás.
Un editorial del periódico canadiense Toronto Star destaca en torno a esta fecha que cuando pensamos en las armas de guerra que han matado a decenas de millones de soldados en todo el mundo, lo más probable es que pensemos en bombas, granadas, gas venenoso, bayonetas y balas.
El soldado canadiense Welch se suicidó el 8 de mayo de 2004 en la base de las Fuerzas Canadienses en Petawawa, Ont. (Anita Cenerini)
Es menos probable considerar que el trauma emocional que ocasiona un conflicto armado puede llevar a algunos soldados a quitarse la vida después de haber regresado a casa.
Por mucho tiempo, los soldados y veteranos que sufren de enfermedades mentales como el trastorno del estrés postraumático (o lesiones por estrés operativo, como se le llama en el ejército) no sólo han sido ignorados, sino rechazados, sin considerar su valentía en el campo de batalla, antes de quitarse la vida.
Esa injusticia llegó a su fin en la jornada del Día del Recuerdo de este año cuando Anita Cenerini, condecorada con Cruz Nacional de Plata a la Madre de este año, colocó una corona al pie del Monumento Nacional a la Guerra en Ottawa en nombre de todas las viudas y madres de soldados que murieron por su país en la guerra.
El hijo de Anita Cenerini, el soldado Thomas Welch, murió por suicidio después de servir en Afganistán. Esta madre recibió la Cruz de Plata este año. Esta es la primera vez que tal honor ha sido otorgado a una madre cuyo hijo murió por suicidio. (Jillian Taylor/ CBC)
Anita Cenerini es la madre del soldado fallecido Thomas Welch, un fusilero de 22 años del Tercer Batallón del Regimiento Real Canadiense en Petawawa, en la provincia de Ontario, quien puso fin a su vida el 8 de mayo de 2004, pocos meses después de haber regresado a casa tras prestar servicio militar en Afganistán.
Esta es la primera vez que la Legión Real Canadiense, que ha condecorado a una madre canadiense con la Cruz de Plata cada año desde 1936, ha escogido a una madre que perdió a su hijo por suicidio para colocar la corona de flores en homenaje a los caídos en conflicto.
Esto es algo que el jefe de Estado Mayor de la Defensa canadiense, el general Jonathan Vance, describió como «un reconocimiento importante que demuestra cómo el sacrificio último, que es rendir la vida por el país, no siempre es atribuible a las heridas físicas, sino también a las heridas invisibles».
Este gesto tocará las vidas de muchas madres y padres de familia, de viudas y viudos en todo Canadá cuyos seres queridos se han suicidado después de soportar el trauma de la guerra.
Aunque Welch fue el primer soldado canadiense que se suicidó tras servir en Afganistán, lamentablemente no fue el último. La realidad es que él fue uno entre más de 80 soldados y veteranos canadienses que se suicidaron al regresar de esa guerra.

El trastorno del estrés postraumático entre los veteranos canadienses de la guerra en Afganistán es una preocupación creciente en el ejército. (Murray Brewster / Prensa Canadiense)
Es importante destacar que ese acto simbólico honrará tanto a los que sucumbieron al trauma mental como a aquellos que lo están sufriendo en la actualidad.
Esta decisión de honrar a la madre de un soldado que se suicidó fue tomada para «romper el estigma», dijo Steven Clark, de la Legión Canadiense. El declarar que se sufre una lesión por estrés operacional no debería ser considerado como un «acto que pone fin a una carrera».
La Legión Real Canadiense no es la única institución que reconoce el valor de los soldados que lucharon valientemente antes de quitarse la vida.
El Ejército canadiense están revisando aquellos casos de soldados que se suicidaron. Esto para verificar si esas muertes están relacionadas con el trabajo militar, si sus familias recibieron la medalla de la Cruz de Plata y que sus nombres estén inscritos en los Libros del Recuerdo, que conmemoran a los soldados que hicieron el sacrificio final de dar sus vidas por el país, señala finalmente el editorial del Toronto Star.
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