Un vendedor de árboles de Navidad de Greater Napanee, en la provincia de Ontario, va a donar sus tierras al municipio para que pueda ser utilizado para actividades al aire libre.
Gale Rogers tiene 81 años y dice que es la edad la que lo llevó a tomar la decisión.
Desde hace décadas, las familias del lugar y de más lejos han venido a la granja de Gale Rogers para talar árboles durante las vacaciones. Pero esta será la última temporada.
«Mi familia está ubicada en diferentes áreas», le dijo Rogers a Peter Armstrong, periodista del programa As It Happens del radiodifusor público CBC. «Así que es físicamente es imposible para ellos ayudarme a continuar con esto».
Un espacio para actividades al aire libre.
Rogers prevé que su propiedad se utilice como un parque sin vehículos motorizados, donde las personas puedan participar en actividades como el senderismo y el esquí.
También espera que los grupos escolares tengan la oportunidad de visitar el lugar que cuenta con 15 acres.
«Tengo un par de amigos biólogos que estoy seguro de que se ofrecerían como voluntarios para darles una experiencia de aprendizaje a los niños mientras ellos visitan la propiedad», dijo.
El alcalde saliente de Greater Napanee, Gordon Schermerhorn, dijo al Kingston Whig-Standard, el periódico local, que la donación, aunque todavía no es oficial, «podría ser realmente algo importante para el municipio».
«Creo que es un gran lugar para senderos naturales».
La granja de árboles de Rogers, un proyecto para sus hijos
«Comenzamos a cultivar fresas para que ellas ganaran un poco de dinero y pudieran comprar equipos de campamento, que utilizábamos para viajar de costa a costa en Canadá», dijo.
«Cuando eso terminó y se estaban haciendo mayores, pensé, ¿por qué no plantar algunos árboles de Navidad?»
Dijo que sus hijos tuvieron la oportunidad de aprender sobre los diferentes tipos de árboles en la tierra.
«Después de un par de años, pensé que cuando cortemos estos árboles … no será nada diferente a un campo de maíz regular o algo así. Así que pensé que comenzaríamos a plantar especies para un bosque permanente», dijo.
«En el proceso de cortar estos árboles de Navidad, estás haciendo lo que hace la naturaleza en la reducción de especies … así que esto ha demostrado ser muy satisfactorio».
Una tradición en las vacaciones
Rogers dijo que algunas personas regresan a su granja año tras año para comprar árboles.
«Hemos tenido familias viniendo con sus niños que ahora están trayendo a sus hijos «, dijo.
Recuerda una historia sobre una de esas familias que una vez pasaron más de una hora seleccionando el árbol perfecto.
«Todos estaban felices, excepto euna niña de unos cinco o seis años. Ella fruncía el ceño y se quedaba atrás. Le dije: ‘¿Cuál es el problema, querida?’ Ella dijo: «Han elegido el árbol más feo del bosque».
«Dije: ‘Mira, déjame mostrarte el árbol más bonito del bosque’. Seleccioné un pequeño árbol de abeto. Se lo dí y ella fue con él a presumir con los otros niños».
Rogers dijo que planea mantenerse en contacto con algunos de sus antiguos clientes.
Parte de las ganancias de las ventas de árboles de Rogers a lo largo de las décadas han sido destinadas al Ejército de Salvación.
«Es el donante el que recibe más que el receptor», dijo Rogers.
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