“Lo que queremos es obtener la aprobación de la UNESCO, queremos que la música reggae sea reconocida en el mundo como la creación de un pueblo, del pueblo jamaiquino. Tengo la satisfacción de presentar la solicitud ante la Unesco de que la música reggae creada en Jamaica sea inscrita como un patrimonio cultural intangible de la humanidad”
Con esas palabras, la ministra de educación, género, diversión y deporte de Jamaica, Olivia Grange, pudo conseguir que la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) declare efectivamente que el reggae es un tesoro de la humanidad que debe ser protegido.
La UNESCO, cuya sede está en París, emitió un dictamen favorable esta semana, señalando en un comunicado que la contribución de la música reggae al discurso internacional sobre temas de injusticia, resistencia, amor y humanidad subraya la dinámica del elemento, siendo al mismo tiempo cerebral, sociopolítico, sensual y espiritual.”
Amalgama de antiguos ritmos musicales jamaicanos y de otros de orígenes muy diversos –caribeños, latinoamericanos y norteamericanos– el reggae, según Herbie Miller, el director del Museo de la Música de Jamaica, nació en Kingston, la capital de este país caribeño y ex colonia británica.
“El reggaes se originó en Kingston, principalmente en el oeste de la ciudad, entre la juventud marginalizada y sin representación. Fundamentalmente entre los jóvenes jamaiquinos”, explica Herbie Miller.
El reggae, nacido en la década de 1960, refleja las luchas y las dificultades de un sector de la sociedad, pero es una música alegre que también se baila y que acabó permeando no sólo los demás sectores de la sociedad jamaiquina sino que se convirtió en una de las exportaciones culturales más importantes de Jamaica.
Su intérprete y compositor más famoso, el difunto Bob Marley, se convirtió en una superestrella con éxitos como “No Woman, No Cry” y “Get Up, Stand Up”. Otras figuras notables incluyen a Jimmy Cliff y Toots and the Maytalls.
Más tarde, grupos musicales como el británico The Clash incorporaron su ritmo pegadizo y un mensaje político de contestación y resistencia, ganando mayor audiencia mayor.

Tapas de álbumes de música reggae grabados en Canadá. (Foto: CBC Music)
En un comunicado en su sitio en internet, la UNESCO señala que “el ‘reggae’ conserva intactas toda una serie de funciones sociales básicas de la música: vehículo de opiniones sociales, práctica catártica y loa religiosa, y sigue siendo un medio de expresión cultural del conjunto de la población jamaicana.”
Esta música, cuyas raíces se remontan al régimen de la esclavitud británica en el Caribe, también se enraizó en la cultura popular canadiense.
La revista de música Rolling Stone explica que “un cambio en la política de inmigración canadiense que buscaba mano de obra barata y trabajadoras domésticas solteras impulsó la afluencia de jamaicanos y otros migrantes de las Indias Occidentales en la década de 1950.”
Como consecuencia de esta política migratoria surgieron en Toronto en los años 60 grupos de música reggae como The Rivals, The Sheiks, The Cougars y The Cavaliers, que llegaron a grabar pero nunca lograron un éxito comercial de difusión.
De acuerdo a la Enciclopedia Canadiense, los lugares preferidos para escuchar reggae en Toronto, ciudad que se convirtió en el centro del reggae en Canadá y, de hecho, en uno de sus semilleros en América del Norte, incluían el Club WIF (Federación de las Indias Occidentales), el Club Jamaica, Tiger’s Den, y el Blue Angel. El primer artista en grabar reggae en Canadá fue Jackie Mittoo, seguido por Stranger Cole, Tony Eden, Audley Williams, las Webber Sisters, Leroy Brown y Joe Issacs.
Un artista fundamental en el reggae canadiense es Jackie Mittoo, nacido en 1948 en Jamaica, emigró a Canadá en 1960 y falleció en Toronto en 1990, a los 42 años. Mitoo fue miembro fundador del grupo Skatalites y director musical del venerado sello jamaiquino Studio One. Además de grabar tres álbumes en Toronto, establecer un sello discográfico y trabajar con artistas locales y jamaicanos, Mittoo tenía una pequeña tienda de discos en la calle Bathurst y Vaughan Road.
Entre las voces actuales del reggae canadiense se encuentran la banda encabezada por Janaya «Sista J» Ellis , Souljah Fyah, originada en Edmonton, Alberta. Su álbum “Truth Will Reveal”, lanzado en 2008, fue nominado para un premio Juno por «Álbum de Reggae del Año».
Combinando el inglés el francés y el español se encuentra el grupo montrealense Chango Family que combina el reggae con el ska y el funk.
El reconocimiento del reggae como un patrimonio de la humanidad dará un nuevo impulso a un género musical, el reggae, que en Canadá refleja la experiencia de la inmigración y las luchas de quienes se identifican con este estilo musical.
Fuentes: Reuters/CBC/RCI
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