La familia recibió una extensión de su permiso de permanencia por un año y medio. Foto: Flia. Montoya.

Familia colombiana evita deportación a último momento

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Las demoras en el procesamiento de las solicitudes de refugio por parte de las autoridades de Canadá han puesto a cientos de personas en una situación difícil.

En algunos de esos casos, los demandantes reciben una notificación negativa a sus solicitudes cuando ya llevan aquí un tiempo suficientemente prolongado para establecerse, desarrollar una actividad laboral o académica e, incluso, crear o agrandar una familia.

Ese fue el caso de la familia Montoya, originaria de Colombia, que decidió salir de su país en momentos en que la situación de la seguridad pública en esa nación sudamericana se traducía en peligro de muerte para muchos de sus compatriotas.

La familia se hizo más numerosa tras la llegada a Canadá. Foto: Flía. Montoya.

Establecidos en la región de Toronto, los Montoya presentaron su solicitud de refugio y confiaron en que la documentación presentada les permitiría adoptar a Canadá como su nuevo hogar.

Mientras creían que su legajo sería tratado sin dilaciones ni inconvenientes, se dedicaron a lo que toda familia normal haría: estudiaron, encontraron empleo, incluso fundaron sus propios negocios, algunos se casaron y tuvieron hijos.

El hockey es una de las muestras del arraigo que la familia ha logrado en el país de adopción. Foto: Flía. Montoya.

Por ejemplo, Luisa, nuestra entrevistada, se casó con un canadiense, adquirió un departamento, actualmente está a cargo de un servicio técnico en una firma de mercadeo digital y tiene su propia empresa de limpieza. Su hermano y la esposa agrandaron la familia con el nacimiento en Canadá de un hijo, compraron una casa y él es el arquero del equipo de hockey de MIssissauga, en el que también juega otro de los pequeños. Por su lado, el padre de Luisa también encontró un empleo como conductor de camiones.

Pero todo el proyecto pareció venirse abajo poco tiempo atrás, cuando los responsables canadienses les informaron que la solicitud de refugio había sido denegada.

Tras la notificación, Inmigración Canadá ordenó a la familia que comprara los pasajes de avión y los presentara 48 horas después de la audiencia.

La Navidad encontrará a la familia en Canadá. Foto: Flia. Montoya.

La situación se volvió aún más angustiante cuando, ante la premura de la orden de salida, los Montoya no lograban conseguir los billetes aéreos para la fecha prevista inicialmente, que era el 21 de diciembre, ante la inminencia de las fiestas navideñas, cuando la demanda de pasajes se incrementa considerablemente.

La familia se propuso en todo momento acatar las decisiones de las autoridades canadienses y, con ese objetivo en mente, consiguieron lugar en un vuelo cuya partida está prevista para el 24 de diciembre, el día de Noche Buena, lo que haría la despedida del país de adopción aún más dolorosa.

Pero el lunes 17 de diciembre una noticia devolvió la esperanza a los Montoya. El ministro canadiense de Inmigración, Ahmed Hussen, intervino personalmente en el caso y concedió a la familia un permiso temporal de residencia y trabajo, por 18 meses.

Ese plazo debería ser suficiente para que la situación se resuelva esta vez, confían los interesados, a favor de la permanencia del grupo familiar en pleno en Canadá.

Luisa Montoya nos brinda más detalles en entrevista con Luis Laborda.

Categorías: Inmigración y Refugiados, Política
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