Los niños afectados por el tsunami que golpeó el estrecho de Sunda recolectan bocadillos en una tienda derrumbada el 25 de diciembre de 2018. Más de 400 personas han sido declaradas muertas desde que se produjo el tsunami. (Reuters)

La diáspora indonesia en Ottawa se encuentra en estado de desesperación por el tsunami

La comunidad indonesia de Ottawa está preocupada por otro desastre natural luego de que un poderoso tsunami devastó la isla de Java durante el fin de semana.

Más de 400 personas fueron declaradas muertas a raíz del tsunami del sábado, que azotó la costa oeste de Java tras el colapso de un cráter en la isla volcánica de Anak Krakatau.

«Me siento muy triste, porque hay muchas personas que perdieron la vida, perdieron a su familia», dijo Rumondang Sumartiani de la Embajada de Indonesia en Ottawa.

«Todos estamos muy agradecidos de que la gente de Canadá se sienta preocupada y de que estén listos para ayudar».

Más de 1,400 personas resultaron heridas en el tsunami, y con una advertencia de marea alta extendida hasta este miércoles. Miles de residentes han tenido que mudarse a terrenos más altos.

Retty Hendarna dice que la reciente serie de desastres naturales que azotaron a su país natal, Indonesia, se vive como «una pesadilla». (Radio-Canada)

El número de desplazados, según el último recuento oficial, asciende a unas 16.000 personas. Viven en refugios improvisados, alejados de la primera línea de mar, donde duermen al raso y se les facilita comida básica como fideos instantáneos o arroz.

Una y otra y otra vez

El tsunami se produce aproximadamente cinco meses después de que un par de terremotos azotaran la isla de Lombok y mataran a decenas de personas.

Luego, en octubre, más de 1,500 personas murieron cuando un terremoto y un tsunami devastaron la isla de Sulawesi.

Infantes de marina indonesios buscan a víctimas del tsunami en una playa en Sumur, Indonesia, el martes. Las autoridades dijeron que el número de muertos ha superado los 400 y se espera que continúe aumentando. (Achmad Ibrahim / Associated Press)

«Para mí, es como tener una pesadilla», dijo Retty Hendarna, quien ha vivido en Ottawa durante las últimas tres décadas. «¿Por qué está pasando una y otra vez y otra vez?»

Hendarna dijo que sus hermanas viven cerca de donde se produjo el tsunami más reciente, y que estaba «un poco nerviosa» cuando inicialmente no pudo entrar en contacto con ellas.

Sin embargo, finalmente descubrió que estaban a salvo.

«El sentimiento es muy duro, porque acabamos de terminar nuestra recaudación de fondos para el último tsunami», dijo Hendarna, ex vicepresidenta del Congreso Canadiense de Indonesia. «Y aquí, vamos a tener otra recaudación».

El primer ministro Justin Trudeau ofreció sus condolencias en las redes sociales y dijo que el gobierno canadiense está listo para ofrecer asistencia si es necesario.

CBC

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