Expertos mexicanos hallaron el primer templo dedicado a una deidad prehispánica, según confirmaron las autoridades de ese país.
Se trata de un sitio inspirado en Xipe Tótec, un dios que es representado como una figura humana sin piel.
El Instituto Nacional de Antropología e Historia de México sostuvo que el descubrimiento fue realizado durante excavaciones recientes en las ruinas de los indígenas de Popolocas, en el estado de Puebla.
La entidad informó que los expertos encontraron dos piedras con formas que semejan cráneos y otra pieza que representa a la deidad.
La figura de Xipe Tótec muestra una tercera mano colgando de uno de sus brazos, los que hizo conjeturar a los especialistas que se trataría de una representación en la que el dios lucía la piel de la víctima de un sacrificio.
Según el relato histórico, los sacerdotes honraban al dios en cuestión sacrificando a sus víctimas y desollándolas, para ofrecerle la piel, en demanda de fertilidad y procreación. Las personas eran muertas en combates similares a los producidos por los gladiadores romanos o mediante el uso de flechas y luego eran despojados de su piel.
El sitio arqueológico de Tehuacán, en el estado de Puebla. Meliton Tapia Davila/INAH via AP.
Las figuras halladas muestran imágenes que coinciden con el relato.
Representaciones del dios fueron encontradas con anterioridad en varias culturas, incluyendo la azteca, pero los expertos nunca se habían topado con un templo completo que hiciera referencia al mismo.
Los arqueólogos sostienen que la presencia de un fragmento de la reproducción de un torso humano, ataviado con la piel arrancada a una víctima sacrificial, podría ser una evidencia de la asociación de esa práctica destinada a un dios en un templo en particular.
La práctica azteca consistía en llevar a cabo los sacrificios en uno o más lugares, pero luego guardaban las pieles en un ritual que se llevaba a cabo en otro sitio, una vez que las mismas habían sido vestidas por humanos vivos durante algunos días.
Los expertos creen que el templo hallado ahora podría ser el que los antiguos indígenas utilizaban para acopiar las pieles que ofrecían a su dios, lo que convertiría a la edificación en la de más valor sagrado.
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