El servicio de cambio climático de la Unión Europea, Copernicus, informó que el año pasado fue el cuarto año con las temperaturas más altas del que se tiene registro.
Esta alarmante serie de mediciones es el resultado de las crecientes concentraciones de gases de efecto invernadero producidos por las actividades humanas, principalmente el uso de combustibles fósiles.
La temperatura media del aire en la superficie del planeta fue de 14,7 grados centígrados en 2018, 0,2 menos que en 2016, el año más caluroso registrado, dijo en la primera evaluación global de temperaturas basada en datos de todo el año.
El 2016 se vio marcado por el fenómeno El Niño, que calentó la superficie del Océano Pacífico.
Pakistaníes duermen en la calle para escapar del calor y los apagones frecuentes en Karachi, Pakistán, en mayo. Un informe advirtió que las olas de calor mortal que golpearon a India y Pakistán en 2015 podrían convertirse en eventos prácticamente anuales. (Akhtar Soomro / Reuters)
“En 2018, hemos visto nuevamente un año muy cálido, el cuarto más cálido que se ha registrado”, dijo en un comunicado Jean-Noël Thépaut, jefe del servicio de cambio climático Copernicus.
“Los eventos climáticos drásticos como el verano cálido y seco en gran parte de Europa o el aumento de la temperatura en las regiones árticas son señales alarmantes”, agregó Thépaut.
Casi 200 naciones acordaron un “libro de reglas” para implementar el acuerdo climático de París en las conversaciones mantenidas en Polonia el mes pasado, aunque algunos expertos dijeron que esas medidas serán insuficientes para evitar niveles peligrosos de recalentamiento global.
El Acuerdo de París de 2015 busca poner fin a la era de los combustibles fósiles en este siglo, reemplazándolos por energías más limpias como la eólica y la solar. Sin embargo, el presidente Donald Trump, que no cree en el recalentamiento del planeta, planea retirar a Estados Unidos del pacto e impulsar la industria de combustibles fósiles, incluyendo su obscuro concepto de un “hermoso carbón limpio”.
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