Dos millones y medio de canadienses sufren al menos una alergia alimentaria, y el número de personas afectada está aumentando. Se cree comúnmente que la mayoría de las alergias alimentarias comienzan en la niñez. Sin embargo, un nuevo estudio demuestra que esto no es así.
Investigadores del grupo “Ciencia y resultados de la investigación sobre la alergia o el asma”, (Science and Outcomes of Allergy or Asthma Research, SOAAR) de la Universidad Northwestern de Chicago llevaron a cabo una encuesta nacional en Estados Unidos para verificar la prevalencia de alergias alimentarias entre los niños.
Este grupo también encuestó a 40,000 adultos en Estados Unidos en los que observaron la prevalencia y gravedad de las alergias alimentarias. También preguntaron a los participantes a qué edad comenzó la alergia. La respuesta fue inesperada. Cuarenta y cinco por ciento de los adultos informaron que desarrollaron sus alergias alimentarias como adultos, no como niños.
“Es un número alto. En realidad es más alto que lo que vimos en el caso de los niños”, dice la investigadora Ruchi Gupta, una pediatra especialista en alergias en Chicago, quien añade que el porcentaje de niños con alergia llega al 8 %, mientras que entre los adultos ese porcentaje es del 10,5%.

La doctora Ruchi Gupta, pediátrico alergóloga en Chicago, dice que la proporción de adultos con alergias es «más alta de lo que vemos entre los niños, que es de alrededor del ocho por ciento». (Skype/CBC)
La alergia más común entre los adultos es la alergia a los mariscos, incluyendo a los camarones, los cangrejos y las langostas de mar. Según la encuesta, el 3,6% de los adultos estadounidenses son alérgicos a estos mariscos. Esto representa un aumento del 44% con respecto a la prevalencia del 2,5% establecida en un estudio realizado en 2004.En esta lista de las alergias más comunes le siguen las alergias a la leche y a los maníes.
La encuesta también reveló que el 1,8% de los adultos son alérgicos a las nueces, un 260% más que el 0,5% registrado en 2008. También se observaron algunas conclusiones importantes basadas en el origen étnico. Las personas de ascendencia asiática eran 2.1 veces más propensas a tener alergia a los mariscos, y las de origen hispano eran 2.3 veces más propensas a tener alergia a los cacahuetes.
“Tengo muchas interrogantes sobre el tema. Una de las más importantes es detectar cuáles son los componentes medioambientales que provocan la aparición de las alergias”, explica la investigadora Ruchi Gupta, pediatra especialista en alergias.
“El por qué está aumentando el número de personas con alergias es algo que tenemos que seguir estudiando”, dice el doctor Gordon Sussman, especialista en alergias de Toronto que no participó en el estudio estadounidense.

La creencia generalizada de que las alergias alimentarias comienzan en la infancia está tan arraigada que los médicos son escépticos cuando los pacientes adultos señalan que han desarrollado una alergia alimentaria.
Los investigadores ahora piensan que más adultos tienen alergias alimentarias. Esto porque la suposición de que la mayoría de las alergias alimentarias comienzan en la niñez ha significado que los investigadores han ignorado a los adultos.
En el caso de los niños, se cree que la alergia se debe a que no lograron desarrollar una tolerancia a los alimentos que se encuentran a una edad temprana. En el caso de los adultos, se cree que la alergia se debe a que ellos perdieron la tolerancia a los alimentos consumidos en algunos casos durante décadas. El desencadenante puede ser algo en el medio ambiente, como un virus u otro tipo de infección, o un cambio en el lugar donde viven.
Parte del problema es la falta de reconocimiento. Es posible que los propios pacientes no reconozcan que tienen una alergia alimentaria. Hasta que no se produzca una reacción anafiláctica, es probable que se atribuyan los síntomas de la alergia a una intolerancia alimentaria menor.
Los investigadores también encontraron que si bien un 10 por ciento de los adultos pueden tener alergias alimentarias graves, casi el 20 por ciento de los encuestados pensaba que sí tenían una alergia, por lo cual evitaban, equivocadamente, algunos alimentos.

Los cacahuetes pueden ser mortales para algunos, pero su prohibición no ha demostrado ser eficaz para prevenir las reacciones alérgicas, dice Douglas Mack, alergólogo pediatra. (CBC)
«Creen que tienen una alergia, pero nunca se confirma. Evitan los alimentos. Pero eso también afecta la calidad de vida. También afecta la economía porque reciben auto inyectores de epinefrina y acuden a la sala de emergencias. Todo esto tiene que ser abordado”, señaló Gordon Sussman, alergólogo de Toronto, que no participó en el estudio estadounidense.
Los investigadores definieron que una persona es alérgica a los alimentos si tiene al menos un síntoma, como reacciones graves que afectan la piel, el tracto gastrointestinal, las vías respiratorias o el sistema cardiovascular.
Fuentes: CBC/B. Goldman/A. Zafar/RCI
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