El ex director de la CIA y actual secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, se reunió con tropas estadounidenses y líderes políticos en Irak este miércoles con el propósito de tranquilizarles en torno al retiro militar de Estados Unidos de Siria, y advirtió que el blanco de las sanciones de Washington, Irán, sigue siendo “una amenaza para la seguridad regional”.
La visita, que fue confirmada por el Departamento de Estado sólo después de que Pompeo abandonó Bagdad, se llevó a cabo en el segundo día de su gira por Medio Oriente, en la que también visitó Jordania, Egipto, Bahréin, Qatar, los Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita, Kuwait y Omán.
Las tensiones entre Washington y Teherán aumentaron después de que el gobierno de Trump decidió retirarse unilateralmente de un histórico acuerdo nuclear el año pasado y dictó nuevas sanciones contra Irán. Estados Unidos también busca unir a sus aliados árabes para contrarrestar la influencia iraní, que, según Washington, está creciendo particularmente en Irak, Siria y Líbano en los últimos años.

Soldados del Regimiento de Infantería 24 de EE.UU. buscan insurgentes en Mosul, Irak, el 22 de noviembre de 2004. Unos 4.500 soldados estadounidense perdieron la vida en Irak. Otros 32.000 resultaron heridos. (Foto AP/Jim MacMillan)
En Bagdad, Pompeo se reunió con el primer ministro iraquí Adel Abdul Mahdi, el ministro de Relaciones Exteriores Mohammed al-Hakim, el presidente del Parlamento Mohammed al-Halbousi y el presidente Barham Salih.
Después de la invasión de Irak en 2003 por parte de Estados Unidos bajo falsos argumentos, en esta ocasión Pompeo “subrayó el compromiso de Estados Unidos con la soberanía de Irak”. También discutió sobre “la reciente derrota territorial de ISIS en Siria y la continuación de nuestra cooperación con las Fuerzas de Seguridad de Irak” en su reunión con Abdul Mahdi, según un comunicado del Departamento de Estado.
El presidente Donald Trump no se reunió con ningún líder político iraquí en una visita sorpresa el mes pasado a las tropas estadounidenses en la Base Aérea Al Asad, en las afueras de Bagdad. Ese viaje generó críticas en Irak, sobre todo de los políticos aliados de Irán que dijeron que tal intromisión violaba la soberanía iraquí y pidieron el retiro de las tropas estadounidenses.
A 15 años después de su invasión del país en 2003 bajo el pretexto de la existencia de armas de destrucción masiva, Estados Unidos todavía mantiene más de 5.200 soldados en Irak.
La visita de Pompeo se produce tras el anuncio de Trump el mes pasado de que retirará a las 2.000 tropas estadounidenses de Siria, lo que causó alarma entre los Estados clientes de Washington en la región.
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