Caravana de inmigrantes centroamericanos huyendo de la violencia y la pobreza en sus países marchan hacia la frontera con Estados Unidos. (Foto: Reuters/Carlos Garcia Rawlins)

Bajo el lema “En Honduras nos matan”, nueva caravana se prepara a partir el 15 de enero desde San Pedro Sula

Autoridades de México y Centroamérica se preparan para recibir la llegada de una nueva caravana de migrantes que tiene la intención de partir este martes rumbo a Estados Unidos.

Héctor Gandini, portavoz de la Secretaría de Gobernación de México, explicó el pasado miércoles que el jefe de Migración de México, Tonatiuh Guillén, estaba camino a El Salvador y Honduras para reunirse con sus pares y otras autoridades a fin de buscar que el ingreso se haga de forma ordenada, a diferencia de lo que sucedió a fines de 2018, y tratar de desincentivar el éxodo masivo.

“Las puertas de México están abiertas para cualquiera que quiera ingresar de forma ordenada”, dijo Gandini. “Pero quien quiera meterse de manera ilegal será deportado”.

“Se trata de inhibir (la migración masiva), no prohibirla”, agregó el funcionario sin dar mayores detalles sobre cómo buscarán desincentivar la caravana.

Marta Larra, portavoz de la cancillería de Guatemala había informado el pasado martes que el viceministro de Relaciones Exteriores de Guatemala, Pablo César García, viajó a México para una reunión donde se trató el tema de la caravana y de “brindar todo el apoyo necesario a los migrantes”.

Con el lema “En Honduras nos matan”, la nueva convocatoria propone salir el 15 de enero desde la ciudad de San Pedro Sula, cerca de la frontera con Guatemala. En redes sociales, otras convocatorias también convocan a partir el 20 de enero desde Santa Bárbara, contigua a San Pedro Sula.

El 13 de octubre, entre 5.000 y 7.000 hondureños y otros centroamericanos iniciaron una marcha hacia Estados Unidos para solicitar asilo. Llegaron a la frontera entre México y Estados Unidos a mediados de noviembre. En esta foto, María Lila Meza Castro, una migrante hondureña de 39 años escapa con sus hijas gemelas del gas lacrimógeno lanzado por agentes estadounidenses frente al muro fronterizo. (Kim Kyung-Hoon/Reuters)

En un video compartido a través de sus redes sociales, la encargada de negocios de Estados Unidos en Honduras, Heide Fulton, llamó a los hondureños a desistir del “largo y peligroso” viaje y aseguró que miles de personas que participaron en las caravanas del año pasado regresaron a casa.

“Al cruzar esta frontera, la ruta hacia el norte está llena de infortunios y peligros”, dijo desde el punto fronterizo de Agua Caliente, entre Honduras y Guatemala.

“No se dejen engañar. No inviertan su tiempo y dinero en un viaje destinado a fracasar. No arriesguen sus vidas y las de sus hijos; no dividan a sus familias. Tu país te necesita, tu futuro, tu norte está aquí”, agregó en el mensaje de menos de dos minutos.

Autoridades de El Salvador dijeron que custodiarán a los migrantes y les darán información sobre los riesgos del viaje, con el objetivo de desanimarles. Cada año, decenas de migrantes pierden la vida durante la travesía de semanas.

Desde fines del año pasado, miles de migrantes centroamericanos, en su mayoría hondureños, huyeron de la violencia y pobreza en su país, rumbo a Estados Unidos.

Décadas de injerencia política y militar estadounidense en América Central, sumado al apoyo a dictaduras militares y la aplicación de políticas neoliberales han creado las condiciones actuales de corrupción y violencia que azota la región

A su paso por México, las masivas caravanas desataron la ira del presidente estadounidense Donald Trump, que quiere construir a toda costa un muro en su frontera sur para cortarles el paso.

El apoyo de Estados Unidos a dictaduras militares y a gobiernos surgidos del fraude electoral en América Central han creado las condiciones de pobreza, corrupción y violencia que empujan a miles de centroamericanos a huir de sus países. El presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan en 1986. (DON RYPKA/AFP/Getty)

Actualmente, miles de migrantes se encuentran varados en el norte de México mientras esperan poder cruzar a Estados Unidos, lo que ha puesto a prueba la capacidad de las autoridades mexicanas.

Uno de los primeros grupos de esa caravana se enfrentó con policías mexicanos en un puente de la frontera México-Guatemala. Buscando evitar aquellas escenas de pánico, el Gobierno mexicano dijo que enviará a agentes para resguardar los 370 puntos de cruce en la frontera con Guatemala.

Casi un mes atrás, Estados Unidos comunicó a México que quienes tramiten sus pedidos de asilo serán devueltos a México mientras dure el papeleo, algo que podría extenderse por más de dos años y que el país latinoamericano viene aceptando, al menos en la práctica.

El presidente Andrés Manuel López Obrador, quien asumió el cargo el 1 de diciembre, ha dicho que buscará eliminar las causas de la migración creando más empleos y mejorando las condiciones de vida en el sur de México y Centroamérica.

“Espero que les ayuden (…) como ha sido con nosotros y que no los dejen dormir en la calle”, dijo Claudia López, una inmigrante salvadoreña de 36 años que espera la ocasión de cruzar la frontera en un refugio de la ciudad mexicana de Tijuana.

“Ellos, al igual que nosotros, son personas que salen de sus casas porque ya no pueden vivir allá”, agregó López. “Venimos cargando la tristeza tanto tiempo y lo único que pedimos es que a ellos también les ayuden”.

Categorías: Inmigración y Refugiados, Internacional, Política
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