La noche del sábado 19 de enero fue particularmente fría en Toronto. Caía la nieve y el viento barría las calles de la ciudad. El contraste no podía ser mayor ya que a las ocho de la noche en la sinagoga de la Congregación Bath Tzedec se presentaba un conjunto de músicos y cantores que habían preparado toda una fiesta sefardita.
Siendo Toronto, el conjunto de músicos y cantantes reflejaba toda una diversidad de orígenes. Las cuerdas estaban a cargo del griego-canadiense Demetrio Petsalakis, los instrumentos de viento a cargo del canadiense Ernie Tollar y la percusión en manos de la iraní-canadiense Naghmeh Farahmand.

(Foto: FB)
Las voces en el concierto incluían a la canadiense Aviva Chernick, cantante del grupo Jaffa Road, nominada en dos ocasiones a los premios Juno. Uno de los organizadores de este cálido concierto en pleno invierno fue el canadiense Sidney Ezer, quien es el jazán de la sinagoga y hace parte del cuarteto de voces The Wizards of Askhkenaz.
El cantante principal en el concierto fue el jazán Ramón Tasat, músico nacido en Argentina, director de coros y cantante en una sinagoga en Maryland, Estados Unidos desde hace más de 30 años.
En las tradiciones judías, el jazán es la persona que guía los cantos en la sinagoga. Además de cantar, lleva el orden de los rezos y canta los cantos litúrgicos como los piyutim, pizmonim, bakashot y las zemirot.

El jazán Ramón Tasat, cuyo trabajo musical busca el rescate histórico de los tangos judíos. (Foto: Rufo Valencia)
En la antigua Roma del siglo II, los judíos españoles daban el nombre de «Sefarad» a la Península Ibérica. Los descendientes de los judíos ibéricos se denominan a sí mismos judíos sefardíes e identifican a España como «sefarad» en hebreo moderno.
Tras la reconquista católica y la trágica imposición del Edicto de Granada el 31 de marzo de 1492 por parte de los Reyes Católicos Fernando de Aragón e Isabel de Castilla, tanto musulmanes como judíos fueron expulsados de los reinos de Castilla y Aragón. Y pese a una presencia de siglos en Portugal, el rey Manuel I también ordenó en 1496 la expulsión de judíos y musulmanes, en la que a las migraciones internas y externas se sumaron conversiones en masa así como ejecuciones.

Partitura de una tango de Europa del este en las primeras décadas del siglo XX. (Foto: FB)
Fue en ese éxodo que los judíos sefarditas llevaron su lengua, el ladino, a otras regiones del mundo, dando con ello nacimiento a una música que refleja diversas influencias y presencias instrumentales.
Acompañados por coro The Beth Tzedec Shir Jadash Ensemble, dirigido por Ezra Burke, el conjunto de músicos y cantantes presentaron una música sefardita cargada de herencias de la Península Ibérica, de Irak, Irán y los países de Europa del Este.
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