Simpatizantes del gobierno venezolano y una oposición azuzada por Estados Unidos protagonizan este miércoles diversas manifestaciones en el país latinoamericano.
Este martes el vicepresidente estadounidense, Mike Pence, expresó abiertamente su apoyo a las protestas opositoras, sosteniendo que el presidente electo Nicolás Maduro es un “dictador” sin derecho a permanecer en el poder.
En reacción, el presidente Maduro ordenó a la Cancillería venezolana revisar los nexos diplomáticos con ese país. «Lo que ha hecho el gobierno de Estados Unidos, a través del vicepresidente Mike Pence, de dar órdenes de ejecutar un golpe de Estado fascista (…) no tiene parangón en la historia de las relaciones bilaterales», reaccionó el mandatario.

Discurso del vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, llamando a la oposición a salir a las calles en Venezuela para derrocar al gobierno de Nicolás Maduro. (Foto: FB)
Para la oposición, que optó por no participar en las elecciones presidenciales del 22 de abril de 2018 con el argumento de que esos comicios serán “fraudulentos” e “ilegítimos”, esta jornada es considerada como un nuevo impulso en su empeño por derrocar al actual gobierno de Venezuela.
Según el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), los simpatizantes del chavismo se concentran con el objetivo de “defender la soberanía en el país frente a los ataques desestabilizadores impulsados por grupos de la derecha nacional e internacional.”
En un contexto de desconocimiento de su nuevo mandato por varios países, además de las protestas y cacerolazos en su contra, el presidente Maduro aseguró la noche del martes que su administración quiere la paz y reafirmó que nada intimida a su gobierno.
La oposición convocó a sus seguidores a protestar en las principales ciudades del país, en lo que sería su primera movilización masiva luego de la ola de intensas manifestaciones que en 2017 dejaron cientos de fallecidos y heridos.

El presidente ruso Vladimir Putin, derecha, saluda al presidente venezolano Nicolás Maduro durante su reunión en el Kremlin en Moscú en octubre de 2017. (Yuri Kadobnov / Prensa Asociada)
Las fuerzas sociales que apoyan al gobierno también dieron cita en Caracas a sus miembros para defender lo que consideran como una revolución socialista frente a un plan de golpe de Estado que, según Maduro, está encabezado por Estados Unidos.
En la víspera, en barrios pobres de Caracas se escucharon durante horas el sonido de las cacerolas y muchos salieron a las calles a formar barricadas con basura y neumáticos incendiados. Esas protestas fueron reprimidas por cuerpos de seguridad.
Al menos 60 manifestaciones se registraron en diversos puntos de Caracas, según el ente no gubernamental Observatorio de Conflictividad Social, que informó sobre la muerte de un joven de 16 años la noche del martes en la barriada de Catia, en el oeste de la ciudad.
El gobernador del Estado Bolívar, Justo Noguera, informó la muerte de tres personas durante saqueos la noche del martes a comercios de alimentos y hortalizas en Ciudad Bolívar, la capital estatal en esa región del sureste venezolano. Otros dos ciudadanos resultaron heridos.
En diversas localidades del país, simpatizantes del gobierno y miembros de la oposición se congregaban. En uno de los puntos de concentración cercano a una estación del metro en el este de Caracas coincidieron ambos grupos pero sin incidentes.

Un partidario de la oposición en Caracas con una pancarta que dice’No hay comida’ grita a la Guardia Nacional venezolana durante una manifestación para exigir un referéndum para destituir al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, el 18 de mayo de 2016. (Marco Bello/Reuters)
En la ciudad petrolera de Maracaibo, en el extremo noroccidental del país, Dulcinea Montaño, ingeniero en Informática de 30 años, manifestó que marchaba “para defender la revolución”. “Acá hay una guerra desde Estados Unidos hacia Venezuela por el bloqueo que le tienen al país. Aquí no hay dictadura, porque si fuera así no estuvieran marchando”, dijo.
En Barinas, donde nació Chávez, la vendedora de café Gloria García, de 55 años, sostuvo que la situación “está horrible, esto está de mal en peor, todo está costoso”.
Sometida a una serie de sanciones económicas impulsadas por Washington, Venezuela, país que posee las mayores reservas petroleras del mundo, sufre una hiperinflación de casi dos millones por ciento, bajo una severa crisis económica que ha provocado que más de 3 millones de personas abandonen el país desde 2015, según datos de la ONU.
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