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Según las Naciones Unidas, la Inteligencia Artificial puede ayudar a alcanzar objetivos de desarrollo sostenible

Cuando hablamos de Inteligencia Artificial (IA), hacemos referencia a computadores que tiene la capacidad, gracias a ciertos algoritmos, de procesar información de manera racional y flexible, lo que permite llevar a cabo ciertas acciones que ayudan a maximizar las posibilidades de éxito de algún objetivo o tarea predeterminada. Este término se ha popularizado en los últimos tiempos y aparece con gran frecuencia en los medios de comunicación, haciendo referencia a diversas situaciones, entre ellas, circunstancias apocalípticas donde la tecnología se apodera de nuestros trabajos, o directamente de nuestras vidas. Un informe aparecido esta semana en el sitio de del “Programa de desarrollo de las Naciones Unidas” deja una pregunta más que interesante, llevando la IA a un plano muy diferente. La organización se pregunta ¿Qué pasaría si la IA pudiera convertirse en una herramienta valiosa en los esfuerzos mundiales para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU?

Evidentemente la IA es una herramienta muy poderosa, que según este informe, ya se está utilizando en diversos planos para promover objetivos y buscar soluciones a problemas de nuestra sociedad actual.

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Si bien hay previsiones basadas en estudios importantes que indican cómo las nuevas tecnologías combinadas con la IA pueden perturbar mercados de trabajo y de esta manera contribuir a la desigualdad de ingresos, según el “PDNU” (Programa de desarrollo de las Naciones Unidas – United Nations Development Programme), el potencial de la IA es enorme, y las posibilidades que estas tecnologías ayuden a marcar una diferencia real existen.  Para el organismo, lo primordial es darse cuenta que ese potencial requerirá una ampliación muy considerable de sus usos para el bien social.

Uno de los tantos casos
Después del paso del huracán Harvey en 2017, muchas calles del centro de Houston quedaron inundadas e impasibles, pero otras no. Una aplicación de IA que combinaba imágenes satelitales con software de detección de objetos permitió a los trabajadores de rescate identificar rutas de escape seguras para aquellos atrapados por las aguas ascendentes.

Los casos que el PDNU subraya como ejemplos a tener en cuenta, y que en consecuencia deberían ser ampliados, tienen que ver con la IA en pro de la salud. La detección de objetos impulsada por IA podría por ejemplo mejorar la situación de aproximadamente 250 millones de personas con discapacidad visual alrededor del mundo que es su gran mayoría viven en países en vías de desarrollo. Ya existe por ejemplo, una aplicación de Microsoft para teléfonos inteligentes para el reconocimiento de objetos y personas específicas.

En el McKinsey Global Institute, fueron recopilados alrededor de 160 casos de usos reales o potenciales de IA para beneficio no comercial de la sociedad. Hay dos casos particulares que la Organización resalta: el primero es el de la diabetes, que afecta a más de 400 millones de personas a nivel global y que podrían, en teoría, ser ayudadas por algún dispositivo portátil habilitados para que la IA pueda detectar posibles signos tempranos de la enfermedad; el segundo es el cáncer de piel. En este caso, a través de la IA se podría estudiar y analizar imágenes de teléfonos móviles para que el algoritmo distinga entre una lesión cutánea benigna o un melanoma.

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El estudio sugiere que para llegar al siguiente nivel, es decir, una acción que marque la diferencia por parte de los gobiernos, ONGs, filántropos, empresas tecnológicas y organizaciones en general, todavía falta un largo camino por recorrer. El PDNU asegura que para lograr un cambio significativo, habrá que superar en una primera etapa, dos cuellos de botella críticos, a saber, la accesibilidad a los datos sumado a la escasez crónica de talentos capaces de mejorar las capacidades de la IA y la mejora de modelos para poder implementar soluciones.

En definitiva, este organismo de las Naciones Unidas asegura que la IA no es la bala de plata para todos los problemas de la humanidad, pero deja claro que tiene el potencial de ser una herramienta formidable para intentar llevar adelante cambios significativos. Para que estos cambios societales sucedan de la mano de la IA, es necesario fomentar el desarrollo de aplicaciones y presionar para que se utilicen a escala de una manera responsable y reflexiva.

Fuentes: UNDP, Medium.com, evenbrite, UN, McKinsey

Categorías: Internet, ciencias y tecnologías, Sociedad
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