El papa Francisco, jefe de la iglesia católica, dijo que teme un baño de sangre en Venezuela, luego de un intento de sustituir al presidente Nicolás Maduro, por parte del presidente de la Asamblea Nacional, que ha dejado al país en un limbo político.
El pontífice declaró sus temores en torno a la ola de violencia que sacude a la nación sudamericana, pero se negó a tomar una posición sobre la situación política allí, considerando que su pronunciamiento podría producir más daño.
Venezuela se encuentra en medio de un pico de tensión política, luego que el titular de la legislatura nacional, Juan Guaido, se autoproclamó presidente, desconociendo al gobierno de Maduro, al que califica de dictadura.

Maduro recibió el respaldo de los militares, entre otros sectores. Foto: Palacio de Miraflores /via REUTERS.
Por su parte, el titular del Ejecutivo venezolano calificó al movimiento del jefe opositor como un intento de golpe de Estado, al tiempo que aseguró que su gobierno se encuentra más firme que nunca.
El papa dijo que apoya a todos los venezolanos “porque es un pueblo que sufre”. Francisco se refirió a la crisis venezolana en diálogo con los periodistas que lo acompañaron a bordo del avión que los trasladó de retorno al Vaticano, tras una visita a Panamá, donde participó de las Jornadas Mundiales de la Juventud.
El jefe de la iglesia católica, de origen argentino, se ha mostrado reacio a pronunciarse sobre las cuestiones políticas en América Latina. Desde su llegada a la máxima prelatura, en marzo de 2013, visitó diversas naciones de la región, pero hasta el momento se negó a viajar a la Argentina, su país natal.
“Sufro de cara a lo que ocurre en Venezuela”, dijo Jorge Bergoglio, agregando que teme que se produzca un baño de sangre en esa nación. “La cuestión de la violencia me asusta”, agregó.

Guaido se ha ubicado como la principal figura de la oposición venezolana. AP Photo/Rodrigo Abd.
El presidente venezolano, Nicolás Maduro, comenzó hace dos semanas un segundo mandato al frente del país. El titular de la Asamblea Nacional, Juan Guaido, decidió oponerse al nuevo período, desconociendo la legitimidad del gobierno.
Guaido se autoproclamó presidente interino de Venezuela, recibiendo el respaldo inmediato de Estados Unidos y de numerosas naciones sudamericanas, a los que en las últimas horas se sumaron algunos países europeos, entre ellos Francia, España y Reino Unido.
Por su parte, Rusia y China mostraron su respaldo a Maduro y llamaron al resto de los países a no interferir en las cuestiones políticas internas venezolanas.
El titular del Kremlin, Vladimir Putin, fue más lejos, y advirtió a Estados Unidos que una injerencia en la situación política en Venezuela podría resultar en un “baño de sangre”.
Cuando aún se encontraba en Panamá, el papa pidió una solución pacífica a la situación, que sea respetuosa de los derechos humanos.
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