A pocos días de una gran explosión en la que murieron al menos 117 personas mientras robaban gasolina de un oleoducto cerca de la ciudad mexicana de Tlahuelililpan, México, el saqueo de combustible, conocido en México como «huachicoleo», se reinició en la región.
Soldados patrullando esta área en el centro de México después de la tragedia del 18 de enero dijeron a la agencia Reuters que encontraron 15 grifos ilícitos a sólo unos kilómetros de distancia en el mismo oleoducto operado por la compañía petrolera estatal de la nación Petróleos Mexicanos o Pemex.

(Foto: © REUTERS/Daniel Becerril)
Fabio Barbosa, investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) dijo a través de la cuenta Twitter de la casa de estudios que «las grandes soluciones al problema del robo de gasolinas en el país deben ser de fondo y a mediano y largo plazos, con metas de inversión en materia de almacenamiento estratégico de combustibles», afirmó el investigador y académico de la UNAM.
El especialista del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM resaltó que el huachicoleo, como se le llama a ese delito por derivar de una palabra indígena, es un problema que se arrastra desde hace décadas debido a la ausencia de inversión en el almacenamiento estratégico de los combustibles.

Presidente de México Andres Manuel Lopez (Foto: ©Presidencia de la República)
El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, prometió poner fin al desenfrenado robo de combustible en México y puso en marcha un operativo para detectar todas las tomas ilegales del petróleo crudo y refinado. La práctica ilícita del saqueo de combustibles está privando al gobierno mexicanos de impuestos estimados en 3,000 millones de dólares sólo en 2017.
En diciembre, López Obrador anunció una serie de medidas enérgicas contra el huachicoleo. Para frustrar las tomas ilícitas de los oleoductos, el presidente ordenó a Pemex que transportara parte del combustible por tierra en camiones cisterna. El resultado: una amplia escasez y largas colas en las gasolineras.

La gente hace cola para comprar gasolina en una gasolinera en Salamanca, estado de Guanajuato, México, el 8 de enero de 2019. (Foto: ©REUTERS/Daniel Becerril)
Los robos han disminuido considerablemente desde entonces, pero este saqueo parece estar tan presente que la cultura será difícil de romper, incluso en Tlahuelilpan.
Recordemos que fue en esa ciudad que 800 de los residentes de la ciudad, muchos de los cuales llevaban cubetas, acudieron en masa a un oleoducto cercano cuando se corrió la voz en los medios sociales que una gran piscina de gasolina había aparecido al lado de un grifo de contrabando.117 murieron cuando el combustible se encendió y muchas decenas resultaron quemados gravemente.
Fuentes: Reuters, Agence France-Presse, Notimex.
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