La niña vietnamita fotografiada en 1972 cuando huía después de haber resultado quemada con napalm, recibirá una recompensa por su lucha a favor de la paz.
La imagen de Kim Phuc dio la vuelta al mundo a comienzos de la década de 1970, cuando arreciaban los combates en el marco de la Guerra de Vietnam.
La niña, junto a otros menores, huía de los enfrentamientos entre las tropas vietnamitas del norte y del sur y las estadounidenses, luego de un taque con el agente químico napalm, de uso extensivo en esa época.

Desde Canadá, Kim Phuc es una militante a favor de los niños víctimas de guerras. Foto: Reuters/Charles Platiau.
Con su cuerpo desnudo, quemado por el napalm y con el dolor dibujado en su rostro lloroso, la menor se convirtió en un símbolo de la crudeza de la guerra en su país y provocó una ola de indignación mundial que, en opinión de muchos, lanzó el movimiento de oposición que tiempo después ayudó a poner fin al conflicto.
Kim Phuc vive actualmente en Canadá.
Los responsables del Premio de Dresde, que otorgará a la mujer, que hoy cuenta con 55 años de edad, una recompensa de 10.000 euros, tiene como objetivo reconocer el apoyo que ella ha brindado a la UNESCO, por su trabajo en nombre de los niños heridos en conflictos bélicos y por su denuncia constante de la violencia y el odio.
Otras personas que se han hecho acreedoras a ese premio en el pasado son el ex mandatario soviético Mijáil Gorbachov y el militante por los derechos de la persona Tommie Smith.

Aún hoy, la mujer lleva en su cuerpo la marcas de las heridas que recibió en el ataque. Foto: AP Photo/Nick Ut.
Phuc tenía 9 años de edad cuando aviones de combate de Vietnam del Sur lanzaron napalm sobre su ciudad, creyendo que esta era un refugio de las tropas norvietnamitas, contra las que combatían.
El fotógrafo Nick Ut, que en ese entonces trabajaba para la agencia de noticias estadounidense Associated Press, vio a los pequeños que corrían, entre los que sobresalía la imagen de la niña, desnuda, con su cuerpo cubierto de quemaduras y envuelta en llanto, seguidos por efectivos militares, y disparó su cámara, tomando una instantánea que se convirtió en un ícono para quienes se oponían a la Guerra de Vietnam y reclamaban su fin.
La imagen fue premiada con el premio Pulitzer y aún hoy es considerada como uno de los testimonios más crudos de la brutalidad y el sufrimiento provocados por ese conflicto bélico.
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