Ernesto Cardenal, el sacerdote nicaragüense que el 4 de marzo de 1983 fue humillado públicamente por Juan Pablo II en el aeropuerto de Managua en castigo por formar parte del Gobierno de Daniel Ortega, ha sido rehabilitado por el papa Francisco.
En una carta, Jorge Mario Bergoglio le informa del levantamiento de la suspensión a divinis (prohibición de administrar los sacramentos) que Karol Wojtyla le impuso en 1984 durante su viaje a Nicaragua en 1983.
La suspensión divina
Durante su viaje a Nicaragua en 1983, el Papa Juan Pablo II había reprendido públicamente a Cardenal, que había venido a recibirlo en la pista del aeropuerto de Managua, una escena difundida en todo el mundo. El Papa polaco le pidió al sacerdote que renunciara y se ajustara a las prescripciones canónicas.
Ante la negativa de Cardenal a abandonar su puesto, fue suspendido por la Congregación para la Doctrina de la Fe, prohibiéndole celebrar cualquier sacramento.
Cardenal colaboró activamente como parte de la revolución del Frente Sandinista de Liberación Nacional que acabó con la dictadura de Anastasio Somoza. Fue nombrado ministro de Cultura el mismo día que los sandinistas vencieron, el 19 de julio de 1979. Ocupó este cargo hasta 1987.
Ernesto Cardenal abandonó el Frente Sandinista y su lucha política en 1994, protestando contra la deriva autoritaria del Presidente Daniel Ortega.
La noticia del levantamiento de la suspensión, que sería un gesto de misericordia considerando la deteriorada salud de Cardenal de 94 años y el hecho de que desde hace años está desvinculado de actividades de militancia política, fue comunicada al sacerdote por el Nuncio Apostólico en Nicaragua, Mons. Waldemar Stanislaw Sommertag.
Según informa El Nuevo Diario, Ernesto Cardenal está internado en un Centro de Médico de Managua desde el 4 de febrero por una infección renal.
CP-Vaticano-Nuevo Diario
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