La campaña “Salud para los migrantes” reclama el acceso gratuito a los servicios sanitarios para todos los residentes en el país, más allá de cual sea su estatus migratorio.
En Canadá rige el sistema de salud universal, administrado por cada provincia en su respectivo territorio, que asegura el acceso a la salud gratuita para todos los habitantes.
Pero recibir esas prestaciones se torna mucho más complicado en el caso de las personas cuya situación de permanencia aquí sea precaria, es decir, cuando el estatus migratorio se encuentra indefinido, pendiente de una decisión final.

Las entidades peticionantes rechazan la división entre migrantes legales e ilegales. Foto: iStock.
Un programa interino federal, destinado a asegurar los servicios a las personas con estatus precario buscaba subsanar la situación.
Pero esa iniciativa se sumó a la lista de las áreas afectadas por el recorte presupuestario impulsado en 2012 por la anterior administración conservadora y hasta llegó a ser suspendida.
Cuando en 2016 se la restituyó, el financiamiento era mucho menor y, hasta el momento, los fondos siguen menguando.

El acceso a la salud se complica para los «sin papeles». THE CANADIAN PRESS/Peter McCabe
El verano último, la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas dictó una decisión sin precedentes, con carácter no vinculante, condenando a Canadá en el caso de una mujer, Nell Toussaint, que tras varias décadas de residir en el país enfermó y no logró los cuidados necesarios, como consecuencia de su situación migratoria.

Diversas entidades llevaron a cabo el reclamo en distintos puntos del país. Foto: Pascal Dubois.
Para el organismo internacional, no sólo se violaron los derechos de la persona a recibir una asistencia médica adecuada, sino que también se puso en riesgo la vida de la mujer.
Toussaint llegó a Canadá en 1999 procedente desde Granada, con el objetivo de llevar a cabo una visita. A pesar de contar con una vista de turista, la mujer consiguió empleo y decidió entonces permanecer en el país. Años más tarde inició el trámite para obtener la residencia legal, pero el papelerío se prolongó en el tiempo, sin llegar a una definición en los plazos normales.

Nell Toussaint, en el centro, cuya situación motivó una reprimenda de la ONU a Canadá. Foto: CBC.
Tras enfermar, Toussaint aplicó al Programa Federal Interino de Salud, con el objeto de poder hacer frente al menos a parte de los gastos que le provocaba su estado de salud, pero las autoridades le negaron el acceso a la iniciativa, al considerarla una inmigrante ilegal.
La ONU otorgó un plazo a las autoridades canadienses para que revisaran la legislación, que en principio era hasta el 9 de febrero, con el objetivo de permitir recibir la atención sanitaria a quienes se encuentran en “situación indefinida”.
Un conjunto de entidades que aglutina a médicos, enfermeras, trabajadores sociales y otro personal sanitario elaboró una serie de reclamos a las autoridades canadienses:
Que acate la disposición de Naciones Unidas de revisar las leyes y las políticas existentes sobre los servicios médicos a los migrantes en “situación irregular”.
Que asegure que los recursos sanitarios sean distribuidos de manera equitativa, que todas las personas se beneficien del acceso universal y equitativo a los servicios de salud sin importar su situación migratoria.
Que abone a Nell Toussaint una indemnización por el daño que se le infligió al negarle los cuidados demandados.
Florence Tiffou, del colectivo Sanar la Justicia Social, nos brinda más detalles en entrevista con Luis Laborda.
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