Cientos de miles de personas en Sudán del Sur ven su vida amenazada por el hambre, según advirtieron responsables de Naciones Unidas, al tiempo que los combates siguen en algunas regiones del país, a pesar de la firma de acuerdos de paz.
El director de la oficina de la ONU para la alimentación y la agricultura en ese país (FAO), Pierre Vauthier, dijo que la seguridad alimentaria se sigue deteriorando y que las proyecciones para el futuro inmediato son alarmantes.
En 2017, durante la última gran hambruna que conoció la nación africana, 4,9 millones de habitantes se ubicaron en los niveles más graves de la escala de seguridad alimentaria. La situación abarcó a casi el 40 por ciento de la población total.
A pesar de los acuerdos de paz, la violencia sigue presente en el lugar. REUTERS/Samir Bol.
La cifra aumentó recientemente, alcanzando a poco más de 6 millones de personas y los especialistas temen que la situación empeorará rápidamente, si no se provee ayuda suplementaria.
Así lo sostuvieron en un comunicado conjunto la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y el Programa Alimentario Mundial (PAM).
En la actualidad, cerca de 30.000 sudaneses del sur alcanzaron el nivel 5 de seguridad alimentaria en las regiones de Jonglei y Lacs, este y centro del país respectivamente.
La escala IPC (Clasificación Integrada de Fases), utilizada para medir la situación alimentaria en una población, distingue 5 fases posibles, considerando a la quinta como un escenario de catástrofe.
Salva Kiir, presidente del país. REUTERS/Samir Bol.
El país fue arrasado por una guerra civil en 2013, cuando el presidente Salva Kiir, de la etnia Dinka, acusó a su vicepresidente, Riek Machar, de la etnia nuer, de impulsar un golpe de Estado.
El conflicto estuvo signado por la comisión de atrocidades de carácter racial y por las violaciones en masa, utilizadas como armas de guerra. El saldo fue de 380.000 muertos, al tiempo que 4 millones de personas, es decir un tercio de la población, se vieron obligadas a huir al exterior.
Desde la firma de los últimos acuerdos de paz, en septiembre de 2018, los diplomáticos extranjeros aseguran que los combates disminuyeron, aunque algunas zonas del territorio registran enfrentamientos aún en la actualidad, sobre todo en la región sur del país, donde se encuentran los rebeldes que se negaron a firmar los tratados y que mantienen su oposición al gobierno.
La ONU advirtió que sin una acción de ayuda internacional urgente, una hambruna generalizada podría devastar la población del ese país africano.
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