La familia de Amaya Coppens Zamora, una estudiante belgo-nicaraguense detenida en Nicaragua por “terrorismo” guarda la esperanza de una pronta liberación después del aplazamiento de su juicio pocos días antes que se reanude el diálogo entre el gobierno y la oposición.
“Según el abogado de Amaya, Maynor Curtis, es positivo que la audiencia haya sido pospuesta, puesto que las cosas pueden cambiar”, dijo su hermano Diego Coppens desde Bruselas, donde reside en la actualidad.
La prima de Amaya, Justine Coppens, afirma por su parte que si el proceso de Amaya fue reportado del 28 de febrero al primero de abril, esto “implica que su tiempo de detención será más largo” y que es complicado saber con anticipación cuál será el resultado final.
Estudiante de medicina, Amaya Coppens Zamora de 24 años de edad, se ha convertido en uno de los rostros conocidos de los 700 opositores encarcelados en el país por haber participado en las manifestaciones organizadas desde abril de 2018 contra el gobierno de Daniel Ortega. La represión de este movimiento ha dejado hasta el momento 35 muertos y más de 50.000 personas salieron rumbo al exilio, afirman organizaciones humanitarias.
El presidente Ortega, en el poder desde 2007, llamó el jueves de la semana pasada a la Alianza Cívica para la Justicia y la Democracia, ACJD, para reanudar las negociaciones. Pero la oposición puso como condición la liberación de los manifestantes encarcelados.
Diego (izq.) y Santiago Coppens (der.), hermanos de Amaya Coppens, este martes 26 de febrero 2019 entre los manifestantes frente a la Embajada de Nicaragua en Bruselas, Bélgica.
(Foto: EMMANUEL DUNAND/AFP/Getty Images)
Amaya Coppens Zamora, de padre belga y madre nicaragüense, fue detenida en septiembre pasado en la ciudad de León, donde es estudiante de quinto año de medicina. Ella está acusada de “terrorismo” por su participación a las manifestaciones contra Daniel Ortega y está actualmente detenida en la cárcel para mujeres La Esperanza, que se encuentra situada en las afueras de Managua, en una celda que comparte con otras 16 “presas políticas”, dijo su familia.
Fédéric Coppens, ciudadano belga y padre de Amaya, afirma que la acusación de terrorismo, que es el principal delito imputado a su hija, “es algo descabellado” y que la portación ilegal de armas “es una acusación montada”.
“Mi hija es una presa política y está en un juicio eminentemente político y desde ese punto es ilusorio pensar que pueda haber un desenlace judicial; la salida más bien para mí, será política”, dice Fédéric Coppens en entrevista con E Nuevo Diario de Nicaragua.
RCI/AFP/elnuevodiario.com
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