La temperatura corporal juega un rol esencial en la preservación de los seres.
Mantener la temperatura adecuada es clave para llevar una vida normal, se trate de la especie animal de la que se trate.
En el caso de los seres humanos, esa temperatura es regida por su fisiología interna. Los procesos biológicos que rigen el funcionamiento del organismo se encargan de estabilizar la temperatura del cuerpo en los niveles considerados normales.
Pero no es así para todos los animales.
En el caso de los reptiles, la temperatura corporal se regula a través del comportamiento y su consiguiente interacción con el medioambiente.
En consecuencia, el animal debe llevar a cabo acciones que le permitan mantener las marcas térmicas adecuadas a su organismo.
En Canadá existen varias especies de reptiles. Se trata principalmente de tortugas, mayormente presentes en el este del país, y es Ontario la provincia que detenta la mayor variedad, con 9 especies.
En lo referente a los lagartos, la situación es la opuesta. La presencia de los mismos en mayor en el oeste, con 5 a 6 especies.
Por el lado de las serpientes, el país cuenta con una variedad de 10 especies.
En casi todos los casos, los ejemplares se ubican en la franja sur del país, lindante con la frontera entre Canadá y Estados Unidos.
El clima canadiense, con sus temperaturas extremas tanto en invierno como en verano, se encuentra en el límite de lo que los reptiles pueden soportar.
Los largos inviernos, con sus seguidillas de jornadas intensamente frías y las escasas horas de luz solar, obligan a esos animales a una “sobrecarga” de actividad a la hora de buscar las fuentes que le permitan acumular la energía vital.
Los veranos también presentan sus riesgos.
Una de las consecuencias del cambio climático es la modificación del hábitat natural de los reptiles, afectando directamente la temperatura ambiente. El exceso de calor, en algunos casos, obliga a esos animales a permanecer inactivos más tiempo, para evitar que su temperatura corporal aumente en demasía. Eso se traduce, por ejemplo, en menos tiempo para buscar alimento y procrearse.
Los reptiles, con su sensibilidad a las variaciones ambientales, son una especie extremadamente útil a la hora de observar la marcha del cambio climático.
Gabriel Blouin-Demers, investigador y profesor del departamento de biología de la Universidad de Ottawa, nos brinda más detalles en entrevista con Luis Laborda.
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