El sospechoso de la balacera ocurrida el lunes último en un tranvía de la ciudad holandesa de Utrecht va a comparecer el viernes, bajo los cargos de homicidios con fines terroristas, confirmaron las autoridades.
El presunto autor de la masacre, de 37 años de edad, deberá declarar delante de un juez de instrucción, por asesinatos múltiples u homicidios con fines terroristas, tentativa de asesinato y amenazas terroristas, según confirmó el ministerio Público.
Los hechos ocurrieron el lunes último en una zona concurrida de la ciudad de Utrecht, cuando una formación del tranvía se hallaba en un cruce de calles congestionado. El agresor disparó contra el público, dejando un saldo de 3 muertos y 7 heridos.
Los homenajes a las víctimas siguen en el lugar del hecho. REUTERS/Piroschka van de Wouw.
Los fallecidos son una mujer de 19 años de edad y dos hombres de 28 y 49 años. Por su parte, 3 de los heridos se encuentran aún hospitalizados y en estado grave, según los últimos reportes médicos.
El agresor es de ascendencia turca y posee un largo historial de antecedentes policiales. Tras haber fugado del lugar del ataque, pudo ser capturado por la policía luego de una intensa búsqueda de 8 horas, que se extendió a un total de 4 localidades y mantuvo en tensión a la población.
Las autoridades pudieron secuestrar un arma, aunque hasta el momento no se aclaró si la misma fue utilizada en la balacera.
Los responsables de la pesquisa intentan determinar si el hombre actuó por motivos terroristas o si sus acciones fueron guiadas por motivos personales, relacionados con una radicalización de tipo política o religiosa.
Según algunos testimonios, el agresor convirtió a una mujer en blanco principal de su asalto, así como a otras dos personas que intentaron ayudarla.
Edificio en donde fue detenido el principal sospechoso. REUTERS/Piroschka van de Wouw.
Tanto las autoridades como la policía holandesas habían indicado que la hipótesis de un móvil terrorista era ya considerado seriamente debido, principalmente, a una carta que fue hallada en un vehículo que el sospechoso habría utilizado para escapar.
Del mismo modo, continúan los interrogatorios a un segundo detenido, aunque todavía no se ha establecido su grado de participación en la balacera. Hasta el momento, la hipótesis más firme es que se trató de un apoyo exterior al ataque.
La agresión causó estupor en la población holandesa no sólo por la crueldad del mismo y por haberse producido en una ciudad donde la violencia no es frecuente, sino también por haber ocurrido apenas 48 horas después de un mortífero ataque en dos mezquitas de Nueva Zelanda, cuando los fieles se encontraban realizando el rezo de los viernes.
En este caso, las autoridades neozelandesas afirmaron que se trató de una agresión de tipo racista.
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