Lucy Granados: Solidaridad sin fronteras.

A un año de la deportación de Lucy Granados

Lucy Granados había vivido casi una década en Montreal, Canadá, antes de ser deportada a su país de origen en el mes de abril el año pasado.

Durante esos años en Montreal  no solo trabajó para mantener a sus tres hijos enviando su salario a Guatemala. También se implicó activamente para mejorar las condiciones sociales y laborales de otras tantas mujeres indocumentadas como ella, a través del Colectivo de mujeres sin estatus y  en la Asociación de trabajadores y trabajadoras temporales de agencias de empleo.

Una red de solidaridad canadiense la visitó en Guatemala.

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Una delegacion organizada por Rompiendo el Silencio visita a Lucy Granados el 13 de mayo.

La historia de Lucy Francineth Granados es la de muchas otras mujeres que huyen de sus países de origen por temor a la violencia y para brindarles un futuro más tranquilo a sus hijos.

Lucy salió de Guatemala en el año 2007, luego de que su esposo muriera y ella recibiera amenazas de parte de los grupos llamados maras.

Las maras, o pandillas operan con gran impunidad en El Salvador, Guatemala y Honduras, los tres países que conforman el Triángulo Norte. Ellas toman su nombre de la Mara Salvatrucha, una de las organizaciones de pandilleros más poderosas que surgió en los 80, ejercen un poder callejero superior al de la policía mediante el miedo, con el objetivo de controlar una extensa red de negocios ilícitos que va desde tráfico de personas, la extorsión a pequeños negocios o el narcotráfico.

Se trata de un nivel de violencia en la que la única salida que les queda,  a quienes no obedecen sus normas, es abandonar el país.

Lucy dejó a sus tres hijos con su abuela mientras ella buscaba una mejor vida para toda su familia.

Llegó a Canadá en 2009 y pidió asilo, el cual le fue rechazado en el año 2012. En el 2017 presentó una solicitud de residencia permanente por motivos humanitarios.

El 20 de marzo de 2018 fue detenida en su casa, en Montreal, y llevada a un Centro de Detención para su posterior deportación.

El procedimiento se pospuso debido a su hospitalización de emergencia.

La mujer resultó herida en el brazo y la garganta durante su arresto, según sus familiares.

En ese momento se presentó una queja ante la Comisión de Derechos Humanos y Derechos de los Jóvenes para denunciar el comportamiento abusivo de la Agencia de Servicios Fronterizos de Canadá (CBSA) y el tratamiento que ha sufrido. Sin resultado.

Evento «Lights for Lucy» en Tatamagouche, un pueblo en la provincia de Nueva Escocia, el 10 de abril, 2018 (Credito: Hannah Gehrels)

Sus amigos canadienses, así como varios grupos comunitarios, aunque no lograron impedir su deportación siguen en contacto con ella.

Un organismo de la provincia de Nueva Escocia, en Halifax, la visitó en su casa en Guatemala.

Stacey Gómez, Coordinadora de la Red Rompiendo el Silencio de las provincias Marítimas de Canadá, junto a otros miembros de la red visitaron a Lucy Granados en su país.

Stacey Gómez recuerda no solo a la que ella llama madre y organizadora comunitaria sino también al gran movimiento de solidaridad que se había desatado en las provincias Marítimas pidiendo que se revocara la orden de su expulsión.

Su caso es muy impactante. Tres agentes del Servicio fronterizo entraron en su departamento y la detuvieron de manera muy violenta. Ella sigue sufriendo hasta hoy de esas heridas.

Stacey dice que Lucy Granados quiso presentar una queja en la Comisión de derechos humanos en Canadá pero le respondieron que no tenían jurisdicción.

Eso demostró que los inmigrantes indocumentados no cuentan con los recursos necesarios para defenderse cuando ocurre ese tipo de violencia.

Cada año, la Red Rompiendo el Silencio organiza un viaje con una delegación que visita a defensores de los derechos humanos en Guatemala.

Esta vez visitaron a Granados para que se sepa que “no solo el gobierno Guatemalteco actúa de forma represiva, sino el canadiense también”.

Según Stacey, Lucy vive una situación muy difícil. Tiene mucha dificultad para encontrar trabajo, en parte por lo de su herida. Pero señala que no se rinde.

Hoy Lucy Granados está pidiendo que se le permita regresar a Canadá por razones humanitarias. Pero todavía no hay una decisión final.

Sin embargo, la portavoz de Solidaridad sin Fronteras y activista por los derechos de los inmigrantes, cree que la deportación ha reducido sus posibilidades de que su solicitud sea aceptada.

«Es muy raro ser aceptado para una solicitud humanitaria después de la deportación. Después de años de luchar por los derechos de los inmigrantes, creo que eso ocurrió una vez «, dijo Mary Foster.

No es competencia de la Comisión de Derechos Humanos

Se presentó una queja ante la Comisión de Derechos Humanos sobre el tratamiento de Granados, pero la junta ha dictaminado que no tiene jurisdicción en este caso.

CSBA negó irregularidades

La Agencia de Servicios de Fronteras de Canadá niega haber cometido un delito en el caso de Granados, diciendo que «la información no es consistente con la de CBSA».

En un correo electrónico, el portavoz Stephane Malepart dijo: «La CBSA está comprometida a fomentar una cultura basada en los valores y la ética del Servicio Público de Canadá y la CBSA, y en la que todos los empleados se comportan de una manera que defienden la integridad» de los programas de CBSA y demuestra profesionalismo en sus actividades diarias «.

Stacey Gomez. Twitter.

Rompiendo el Silencio es una red de solidaridad que opera en las provincias marítimas de Canadá (BTS-RES por sus siglas en inglés y español) que en la actualidad tiene comités en Fredericton, Halifax, la Isla del Príncipe Eduardo, la Costa Norte y Antigonish.

Categorías: Inmigración y Refugiados, Sociedad
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