La gente proporcionó la mano de obra no calificada trabajando en excavación de zanjas, en la limpieza de terrenos y transporte de materiales. Todas las personas de la comunidad, jóvenes, mujeres, ancianos, hombres participaron sin excepción. Aprendieron a trabajar en equipo y eso los unió mucho como comunidad.
– André Franche, presidente de Alas de Esperanza
Río Seco, un distrito de Supe a unos a 200 km al norte de Lima sufrió unas devastadoras inundaciones en marzo de 2017, destruyendo a su paso la aldea y el sistema de agua existentes. La población decidió relocalizar el pueblo en una ladera arenosa cerca de la montaña.
Alas de Esperanza, una ONG canadiense se unió a la comunidad y juntos trabajaron para instalar el agua potable y mucho más que eso.
Conversamos con André Franche, presidente de Alas de Esperanza, organización que financia proyectos relacionados con el acceso al agua potable en Perú.
Escuche
Excavación de la trinchera para la instalación de un nuevo conducto de agua principal
Obligados por las inundaciones a trasladar el pueblo, los habitantes de una aldea de Río Seco construyeron chozas en una ladera cerca de una montaña. El agua potable la obtenían de vez en cuando a través de un camión de la Municipalidad.
Al inicio eran 90 familias las que se trasladaron, pero luego se agregaron otras 30 que estaban dispersas en el valle que también fueron muy afectadas por las condiciones adversas climáticas. En total hoy esa población asciende a unas 400 personas.
En enero 2018, uno de los voluntarios de Alas de Esperanza se encontraba en Perú y fue a visitarlos. Entonces, junto con la municipalidad de Río Seco, Alas de Esperanza instaló una tubería de agua de 3 km de largo que llevó el agua de un pueblo vecino a la entrada de este nuevo pueblo.
La población tuvo desde ese entonces un punto de agua confiable.
Yves Morin y miembros de la comunidad de Río Seco. Foto: Alas de Esperanza
El diseño del proyecto
Un ingeniero del lugar que trabaja con Alas de Esperanza llevó a cabo el diseño de un proyecto global para captar el agua de un gran manantial que alimenta también la región de Supe, explica André Franche.
El proyecto incluía también construir un reservorio, instalar la red de distribución y las conexiones domésticas.
Además cada casa se beneficia de la construcción de un lavadero de cemento.
El proyecto está prácticamente terminado, falta añadir una nueva conexión para que la comunidad tenga más agua, y vamos a inaugurarlo en el mes de agosto.
La clave del proyecto es la comunidad
En todos estos pasos, el trabajo de la población fue fundamental.
La gente proporcionó la mano de obra no calificada trabajando en excavación de zanjas, en la limpieza de terrenos y transporte de materiales. Todas las personas de la comunidad, jóvenes, mujeres, ancianos, hombres participaron sin excepción.
Verónica Flores
En un discurso dirigiéndose a André Franche quien se encontraba en el lugar el año pasado, cuando obtuvieron el agua potable dijo:
He estado bebiendo agua sucia durante 21 años y todavía recuerdo el domingo 21 de enero de 2018 cuando vi por primera vez el agua potable en mi aldea. Fue una gran emoción y una alegría para todos. Usted nos enseñó a trabajar en equipo, nos dio el mejor regalo posible; nos dio vida, nos dio agua.
En cada aldea se forma un comité de agua potable, compuesto por al menos 50% de mujeres. Este comité es responsable de la gestión del agua y el mantenimiento del sistema.
Las mamás hoy está muy contentas porque tienen agua corriente las 24 horas al día.
-André Franche.
André Franche destaca el liderazgo de la joven Verónica Flores, lo que hizo que fuera enviada a participar en la V Conferencia Latinoamericana de Saneamiento, Latinosan, llevada a cabo en el mes de abril en Costa Rica, junto con Susan, otra joven de la comunidad.
Durante esa conferencia, el Secretariado internacional del agua había organizado el Parlamento Mundial de los Jóvenes para el Agua.
Ambas jóvenes regresaron muy enriquecidas y muy motivadas para continuar trabajando en el tema del agua, señala André Franche.
Esto y más en la conversación de Radio Canadá Internacional con André Franche, presidente de Alas de Esperanza.
André Franche, director de Alas de Esperanza, en Perú
Photo Credit: André Franche
Desde unos 50 años Alas de la Esperanza apoya y financia en la Amazonía peruana proyectos relacionados con el acceso al agua potable en Perú. Ella instala sistemas confiables y permanentes en comunidades muy remotas y marginadas.
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