El Insectario de Montreal es uno de los principales atractivos que la ciudad ofrece a sus habitantes y a los turistas que la vistan.
Su fundador, el entomólogo Georges Brossard, murió el miércoles 26 de junio, cuando contaba con 79 años de edad.
Brossard sintió desde pequeño una pasión por los insectos y su mundo y cuando rondaba los 40 años decidió abandonar su trabajo como notario, para dedicarles toda su atención y tiempo.

«Mariposas en libertad», una de las muestras más populares del Insectario y el Jardín Botánico. THE CANADIAN PRESS/Graham Hughes
A partir de ese momento, la entomología, el estudio científico de los insectos, se convirtió en su ocupación central.
En sus recorridas alrededor del mundo, logró reunir nada menos que 250.000 ejemplares de toda clase de insectos, que más tarde se convertirían en la colección que daría lugar al Insectario.
Tras un tiempo dedicado a buscar un sitio que pudiera albergar los ejemplares, logró acordar con las autoridades la apertura de las instalaciones, de las que sería su director durante una década.
Junto al Jardín Botánico, el Biôdome y el Planetario, el Insectario conforma en la actualidad «Espacio para la vida» un enorme complejo destinado a la preservación, apreciación y divulgación de la vida de insectos, las especies vegetales y del universo que nos rodea.

La vieja fachada del Insectario, que reabrirá remodelado en 2021.
Sus inquietudes y talentos como divulgador llevaron a Brossard a convertirse en animador de las series de televisión Mémoires d’Insectes e Insectia. Esta última se convirtió en un verdadero éxito de difusión, siendo transmitida en 150 países y en distintas lenguas.
Tras ver su proyecto de Insectario concretado y consolidado, participó en iniciativas similares en lugares tan diversos como Nueva Orleans, en el sur de Estados Unidos, y Shanghái, en China.
Verdadero humanista, no dudó en dedicar sus esfuerzos a entidades como el Hospital de Niños Jesús de Quebec y la Sociedad de Bilogía de Quebec.
También fue el responsable de concretar el sueño de un niño gravemente enfermo, al que llevo a América del Sur para capturar un ejemplar de la mariposa Morpho, experiencia que sirvió de inspiración para el filme “La mariposa azul”, de la cineasta suizo-canadiense Léa Pool, protagonizado por William Hurt y estrenado en 2004.

La película «La mariposa azul», basada en un hecho real que involucró a Brossard. Imagen. YouTube.
A lo largo de su vida, Georges Brossard se hizo acreedor de diversas distinciones, entre las que figuran la Orden de Canadá y la Orden Nacional de Quebec, así como la medalla por el Jubileo de la Reina Isabel II y numerosos doctorados honoríficos.
La ciudad de Brossard, en la ribera sur de Montreal, fue bautizada en homenaje a su padre, Georges-Henri Brossard.
El Insectario de Montreal, como lo reflejamos en un artículo publicado en marzo último, se encuentra en pleno proceso de remodelación, que le permitirá convertirse en uno de los complejos dedicados al mundo de la naturaleza más grandes de América del Norte.
Con información de The Canadian Press / Espace pour la vie.
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