El gobierno y la oposición venezolanos confirmaron que reiniciarán el diálogo, en un encuentro previsto para la semana en curso en la vecina isla de Barbados.
Se trata de una tercera ronda de conversaciones, que comenzaron en mayo último en Oslo, Suecia.
El ambiente previo al encuentro no es el más propicio, ya que ambos participantes se pronunciaron en las últimas horas en términos altisonantes y denigratorios hacia la otra parte, en un claro contrasentido con los que se espera que surja de las reuniones.

A horas del encuentro, Juan Guaidó no ahorró acusaciones contra el gobierno. REUTERS/Carlos Garcia Rawlins.
El ministro noruego de Relaciones Exteriores, país que fue anfitrión de las dos primeras rondas de diálogo, había confirmado el encuentro de esta semana por medio de un comunicado, que dijo que tendrá como objetivo “la búsqueda de una solución negociada y constitucional”.
El líder de la oposición Juan, Guaidó, dijo que la cita con quienes calificó como “representantes del régimen usurpador” deberá servir para “establecer una negociación en vistas de la salida de la dictadura”.
Por su parte, el gobierno de Nicolás Maduro calificó a la oposición de “golpista”, recordando el alzamiento liderado por Guaidó en abril último, que fracasó en su intento de desplazar a la administración chavista.
El politólogo Juan Castillo-Molleda, citado por la agencia The Canadian Press, sostuvo que “es evidente que la oposición no logra vencer al gobierno, ni sola, ni con la ayuda del gobierno de Estados Unidos, lo que la obliga a buscar otros mecanismos para lograr acuerdos con miras a las elecciones”.

Maduro califica a sus interlocutores como golpistas. Miraflores Palace/Handout via REUTERS.
Por su parte, el gobierno de Maduro vivió la semana última uno de sus momentos de mayor crítica y presión internacional, debido a la situación de los derechos de las personas en el país sudamericano, luego que la alta comisionada de Naciones Unidas por los derechos humanos, Michelle Bachelet, dio a conocer un informe sombrío sobre la situación del Estado de derecho en Venezuela.
A la crisis política que vive el país se suma la grave situación económica, en una nación que en las décadas de 1970 y 1980 fue considerada como una de las economías más promisorias de la región, debido a la explotación de sus recursos petroleros.
Durante la década de 1990, el pais comenzó el declive, sobre todo por la caída de la economía y las constantes denuncias de corrupción.
La emigración de pobladores, la falta de medicamentos, combustibles e insumos básicos, de la que el gobierno responsabiliza a las sanciones impuestas por Estados Unidos, son sólo algunos de los problemas que afectan hoy en día los venezolanos.
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