La suerte de la joven sigue siendo un misterio. AP photo.

No hallaron en el Vaticano los restos de joven desaparecida hace 36 años

Los restos de una adolescente desaparecida en Roma hace más de 30 años no fueron encontrados en dos tumbas inspeccionadas en el Vaticano.

Las sepulturas de dos princesas fallecidas en el Siglo 19, que fueron abiertas el jueves, se encontraban totalmente vacías, según confirmó la oficina de la sede papal.

Emanuela Orlandi, una adolescente de 15 años de edad, despareció hace 36 años cuando se dirigía a su casa luego de una clase de música. En momentos en los que se hallaba presuntamente esperando un autobús en el centro de la capital italiana, la joven se desvaneció sin dejar rastro alguno y su suerte sigue siendo un misterio hasta el presente.

El pequeño y exclusivo cementerio en la Ciudad del Vaticano. AP Photo/Gregorio Borgia.

Diversas hipótesis, entre las que figura la de su posible secuestro y posterior asesinato, nunca pudieron ser corroboradas por las autoridades.

A pedido de la familia de la joven, el Vaticano autorizó el registro de ambas tumbas, en un pequeño cementerio que se encuentra dentro de los límites de la ciudad pontificia.

Los parientes de Orlandi solicitaron el trámite luego que su abogado recibió un mensaje anónimo, con una foto de la figura de un ángel que se encuentra sobre una de las tumbas del lugar.

El Vaticano confirmó por medio de un comunicado que “la búsqueda tuvo un resultado negativo” y especificó que no se halló urna funeraria alguna y tampoco restos humanos.

Las presunciones indicaban que el cuerpo de la joven, que era hija de un empleado del Vaticano, podría haber sido depositado en las sepulturas de dos princesas muertas en 1836 y 1840 respectivamente.

Los deudos de esas dos mujeres estuvieron de acuerdo en permitir que los sitios fuesen requisados y fueron informados de las conclusiones del trámite.

El sitio se encuentra custodiado y el público tiene vedado el acceso. AP Photo/Andrew Medichini.

Emanuela Orlandi fue vista por última vez el 22 de junio de 1983. La última persona que mantuvo contacto con la joven aún en vida fue su hermano, que se negó a acompañarla al curso de música al que ella debía asistir, lo que provocó el enojo de la muchacha, que salió de su casa dando un portazo.

El hermano de la joven sostuvo que siente remordimientos por no haber ido con ella a su clase, ya que en su opinión tal actitud podría haber cambiado la suerte de la menor.

El caso de Orlandi se suma al de otra adolescente desaparecida en circunstancias similares pocos días antes.

A 36 años de ocurrido, el hecho sigue apasionando a los investigadores y al público italiano, y ha dado lugar a un sinnúmero de teorías conspirativas, que señalan la presunta implicación del crimen organizado y del propio Vaticano en la desaparición.

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