El gobierno y la oposición venezolanos inician este lunes 15 de julio una nueva ronda de diálogo, con vistas a hallar una salida a la crisis política que afecta al país y que mantiene a ambas partes enfrentadas desde hace meses.
El domingo, voceros del líder opositor, Juan Guaidó, confirmaron que sus representantes viajarían a la isla caribeña de Barbados, para una nueva semana de los contactos iniciados tiempo atrás bajo los auspicios de Noruega, y cuyos resultados hasta el momento prácticamente no han trascendido.
En un comunicado, la oficina de prensa del titular de la Asamblea Nacional dijo que “retornan a Barbados para continuar, con diligencia, el mecanismo de negociación…, con el objeto de propiciar un cambio que ponga fin al sufrimiento del pueblo de Venezuela”.

El fin se semana, una marcha repudió el informe de la ONU crítico de la situación del país. REUTERS/Carlos Garcia Rawlins.
Por su parte, el gobierno no había confirmado el fin de semana la presencia de sus delegados, aunque la semana última el propio presidente, Nicolás Maduro, había ratificado en una aparición televisiva la decisión de dar carácter permanente de los contactos.
Las propias autoridades noruegas, que auspician los encuentros, habían confirmado que ambas partes decidieron conformar un grupo de trabajo de “manera continua y rápida” para asegurar el intercambio.
Se trata de la tercera ronda de conversaciones desde mayo último, aunque hasta el momento no se han producido anuncios sustanciosos sobre la marcha de las mismas y algunos sectores venezolanos comienzan a reclamar la concreción de objetivos por parte de los negociadores.
En los días previos a los contactos en Barbados, que comenzaron la semana última, ambas partes habían intercambiado una serie de acusaciones e improperios, que hicieron temer la interrupción de las reuniones.
Guaidó había dicho que los encuentros debían tener como meta principal establecer una fecha para la partida del gobierno de Maduro, al que calificó de dictadura, y constituir una administración provisoria cuyo objetivo principal debería ser la convocatoria a elecciones, para elegir un nuevo Poder Ejecutivo.

El texto fue firmado por la titular del Alto Comisionado de la ONU por los Derechos Humanos. AP Photo/Roberto Candia.
El gobierno respondió calificando a Guaidó y a la oposición como golpistas y los responsabilizó por la violencia que envuelve a Venezuela desde hace tiempo.
La oposición desconoció los resultados de las elecciones llevadas a cabo en 2018, en las que fue reelegido Maduro, acusado a ese escrutinio de “fraude y farsa”.
Las autoridades venezolanas, por su parte, señalan a los opositores de querer llegar al poder por medio de la fuerza y la violencia social, ante su incapacidad para imponerse en las urnas.
Venezuela atraviesa desde hace tiempo una profunda crisis, que se expresa no sólo en el campo político, sino también el económico.
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