El suelo del Ártico canadiense ante un proceso grave y sin pausa de deshielo

Casi el 50% de la masa terrestre de Canadá descansa sobre el permafrost.

En el Ártico canadiense, el cambio climático ya amenaza totalmente un modo de vida.

El alguna vez suelo sólido, ha comenzado a ceder, ya que el hielo debajo de él se está derritiendo.

Los Inuit, establecidos allí durante generaciones, temen que tendrán que  mudarse hacia suelos más sólidos.

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El permafrost es una capa de subsuelo de la corteza terrestre que se encuentra congelada de manera permanente aunque no se encuentra continuamente cubierta de hielo o nieve.

El permafrost se halla únicamente en las regiones muy frías o periglaciares.

Está perdiendo su estructura y eso es considerado algo  grave pues si el suelo es el que da soporte a todo lo que se encuentra encima y a la vida, su pérdida implica el fin todo lo que haya sobre él.

ES decir,  afecta tanto a construcciones elaboradas por el hombre como a los propios bosques y su ecosistema.

Los lugares más afectados por el deshielo del permafrost

La edad geológica del permafrost se sitúa en los 15 000 años. Se encuentra en el subsuelo de la Tierra,  en Siberia, Noruega, Tíbet, Canadá, Alaska e islas ubicadas en el Océano Atlántico sur. Su superficie equivale a un 20 a 24% de la tierra,  menor que la de los desiertos, pero donde puede existir vida sobre la que se desarrolla la tundra.

Para conocer las temperaturas, los investigadores perforan su interior y extraen unas cuantas muestras para tener registro de estas variaciones climáticas.

Los investigadores han estado recolectando núcleos de hielo tomados del permafrost a lo largo de la autopista North Alaska. (Gentileza del Yukon College / Yukon Research Center)

Con el gran aumento de las temperaturas, estos suelos que han permanecido por miles de años en congelación, se han comenzado a descongelar a un ritmo y forma imparable.

En ese sentido, los científicos coinciden en que ahora ese permafrost se encuentra en un proceso grave y sin pausa de deshielo.

Anomalía en Nunavut

Este 9 de julio de 2019, día de Nunavut, el mercurio alcanzó los 23.5 ° C en Iqaluit, la temperatura más alta jamás registrada para este día.

Expertos metereólogos están observando a la comunidad de Alert, en Nunavut, la más septentrional del mundo, que experimenta en este mes de julio una ola de calor récord.

Expertos meteorólogos están observando a la comunidad de la localidad de Alert, en Nunavut, la más septentrional del mundo por estar sufriendo una ola de calor récord.

Medioambiente Canadá confirmó que la Canadian Forces Station de la localidad de Alert alcanzó un récord de 21 C el domingo.

El lunes, el puesto de escucha militar en la cima de la isla de Ellesmere, en Nunavut,  había alcanzado los 20 C del mediodía y avanzó un poco más alto más tarde ese día.

La localidad Alert estuvo más cálida en ambos días que la ciudad Victoria, en la provincia de Columbia Británica,  un destino canadiense para los climas cálidos.

El máximo promedio en Alert en julio es de 7 C. Lo que significa que la ola de calor en la cima del mundo es el equivalente a que Toronto registre un máximo de 42 C durante el día.

Las personas más afectadas, los Inuit

Los inuit han estado viviendo en el hielo durante siglos. Pero, el Ártico se está calentando, más rápido que en cualquier lugar de Canadá, lo que provoca cambios dramáticos.

Nunavut es un buen ejemplo. Este 9 de julio, día de Nunavut, el mercurio alcanzó los 23.5 ° C en Iqaluit, la temperatura más alta jamás registrada para este día. Alaska también tuvo su segundo junio más caluroso jamás registrado.

El profesor Chris Burn de la Universidad Carleton muestra el daño que los derrumbes y la erosión han causado en una ladera. Burn investiga desde hace 36 veranos en Inuvik, en los Territorios del Noroeste, para el Instituto de Investigación Aurora (ARI), un nuevo y creciente centro de investigación de permafrost para científicos canadienses e internacionales. (CBC)

Chris Burn, científico y un profesor de geografía en la Universidad de Carleton, en Ottawa, ha estado investigando en el norte en Inuvik desde hace 36 años.

En entrevista con el radiodifusor público CBC dijo haber visto cómo cedieron en  las Colinas del Caribou, varias cimas.

También señaló que  hubo otros 87 derrumbes, de unos 17 kilómetros de ladera. Fue un evento fenomenal, en su opinión

«Tenemos que averiguar qué vamos a hacer en el futuro y no tenemos ninguna base para creer que esto no continuará. No se detendrá ahora».

Steve Kokelj, científico experto del permafrost, señala un área cerca de la autopista Dempster, donde se está descongelando el permafrost del norte. (CBC)

Casi el 50% de la masa terrestre de Canadá descansa sobre el permafrost, incluida la gran autopista Dempster, el sueño del exprimer ministro conservador John Diefenbaker de unir el sur de Canadá al Ártico en los años 50.

Pero cada año las mejoras en las autopistas, debido al cambio climático, desaparecen, mientras que los costos se triplican.

Carretera dañada por el permafrost, Yellowknife, Territorios del Noroeste, Canadá. eStock

Steve Kokelj del Servicio Geológico de los Territorios del Noroeste ha estado subiendo y bajando por la autopista Dempster durante una década.

Claramente se ven cada vez con más frecuencia hundimientos en el lado de la carretera a medida que el hielo del permafrost se derrite.

Las amenazas tanto de la subida de las aguas de los mares como del deshielo del permafrost son evidentes para Sandy Adam, propietario de una casa en Tuktoyaktuk.

La casa se encuentra precariamente a solo dos metros del borde del mar de Beaufort.

En 50 años, Adam ha visto cómo la costa se va erosionando. Durante una tormenta las olas chapotean en sus ventanas.

Él sabe que tendrá que trasladarse aunque no quiera. A donde no quiera ir. Pero sabe que no se puede evitar.

Sandy Adam, con su nieta, está preocupado de que su casa se caiga en el océano. El litoral se ha erosionado hasta un par de metros del edificio y ha sido designado para reubicación de emergencia. (CBC)

Casas que se trasladan  al interior

Las casas en el Ártico canadiense están diseñadas con la idea de que el suelo y el permafrost debajo de ellas se mantendrán sólidos, impidiendo los movimientos de los cimientos. Con el inicio del cambio climático, el permafrost está comenzando a descongelarse en más regiones que antes, y esto hace que algunos cimientos de edificios se muevan y se vuelvan menos estables.

Aunque ha habido excelentes avances en la investigación y ciencia sobre el deshielo del permafrost todavía hay incertidumbre acerca de cuán estables serán algunos edificios en el Ártico Canadiense en el futuro.

Hay un dicho entre los científicos que dice que lo que sucede con el clima en el norte no se queda en el norte.

La ministra federal de medio ambiente, Catherine McKenna, recientemente realizó una gira por Tuktoyaktuk, Territorios del Noroeste, para escuchar las preocupaciones de sus habitantes sobre el clima.

Sabemos que la gente tendrá que mudarse y esto se debe al cambio climático. Tenemos que pensar que esto ocurre en todas partes no solo en Tuktoyaktuk o en el Ártico sino en Canadá.  Hay que reflexionar cómo construimos, donde construimos.

Los inuit son muy conscientes de eso. Saben que sus tierras ya han cambiado radicalmente.

RCI con información de CBC-Susan Ormiston-Radio Canadá-climatechangenunavut-Wikipedia

Categorías: Economía, Indígenas, Medioambiente y vida animal
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