La Cámara de Representantes del congreso estadounidense comenzó su receso de verano, sin haber aprobado el acuerdo comercial para América del Norte que debe reemplazar al TLCAN.
La situación dejó en evidencia las posturas diferentes entre los expertos de uno y otro lado de la frontera, en torno a si el presidente estadounidense recurrirá a la cláusula de 6 meses de preaviso, para declarar a su país oficialmente fuera del viejo acuerdo.
Por iniciativa del titular de la Casa Blanca, Canadá, México y Estados Unidos negociaron recientemente un nuevo pacto comercial tripartito, que debe regir los intercambios al interior de uno de los mercados más dinámicos del mundo.

Algunos de los sindicatos más grandes de Estados Unidos apoyan la postura de los demócratas. AP Photo/Manuel Balce Ceneta.
La postura de Donald Trump generó fuertes debates, cuando este reclamó que el viejo Tratado de Libre Comercio para América del Norte era contraproducente para su país y que otorgaba ventajas “injustas” a las otras dos naciones.
Hasta el momento, México es el único país cuyo parlamento refrendó en forma completa el nuevo tratado, conocido como T-MEC, por las siglas en castellano de las tres naciones que lo componen.
La Cámara de Representantes, el equivalente a la cámara de diputados dentro del esquema político estadounidense, acaba de iniciar el receso de verano que se extenderá por 5 semanas, sin que los legisladores votaran el nuevo pacto.
Según algunos analistas, la situación podría llegar a provocar el disgusto del presidente republicano, quien vería en la situación una maniobra de la mayoría demócrata en la cámara baja, con vistas a postergar el tratado impulsado por su administración.

Cercanos físicamente, pero con diferencias importantes. REUTERS/Rebecca Cook.
Los demócratas, que controlan la Cámara de Representantes, quieren introducir modificaciones al texto del acuerdo antes de proceder a su votación, principalmente en cuestiones como normas laborales, medioambiente y protección de patentes.
La falta de un acuerdo en los cambios exigidos podría sumergir el proceso de aprobación del tratado en un largo proceso de “pulsada” política entre los dos partidos estadounidenses, situación que algunos observadores indican que sería bien vista por los demócratas, que buscan la forma de dificultar el camino de Trump hacia su reelección, con vistas a las elecciones presidenciales en 2020.
En Canadá, el tema podría también reavivar el debate en momentos en que el país se encamina hacia la elección de octubre próximo, cuando los votantes deberán pronunciarse por un nuevo mandato del actual primer ministro, el liberal Justin Trudeau, o reinstalar a los conservadores en Ottawa.
Con información de The Canadian Press
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