Cuando Natasha Roldán dejó su Colombia natal y llegó a Canadá tras los pasos de su hermana, probablemente soñaba con una carrera musical y el éxito, aunque no de manera tan rápida.
Siendo la mayor, sintió la obligación de no dejar a su hermana menor enfrentar sola el desafío y los inconvenientes que podían plantearse al radicarse en otro país.
Como ya había cursado estudios en música, pensó que sería buena idea continuar los mismos en Toronto, su nueva ciudad, donde las facilidades y opciones eran más variadas que en Bogotá.
El jazz le ha dado grandes satisfacciones, pero busca nuevos horizontes. Foto: gentileza Natasha Roldán.
Pronto, muy pronto, se lanzaría a la composición y también a la interpretación del repertorio de otros artistas, principalmente en el género del jazz, tal vez aquél con el que se sintió más identificada.
Fue así como en el año 2015 lanzó su primer disco, un EP, esa variante de término medio entre un disco simple y uno de larga duración.
La placa, titulada “No apologies” (Sin disculpas), contenía cuatro canciones, que fueron grabadas en un solo día en instalaciones de la universidad en la que Natasha estudiaba, con mucho esfuerzo y pocos recursos.
El éxito fue instantáneo.
La repercusión llegó rápidamente, gracias incluso a la difusión lograda a través de las emisoras de radio y los galardones no se hicieron esperar, incluyendo el premio Ella Fitzgerald en la categoría Jazz, en el 2016.
Sin embargo, tras un comienzo con el que todo artista sueña, Natasha se llamó a silencio y desapareció de la escena musical que tan bien la había recibido.
Su primer disco fue elogiado por el público y los críticos. Foto: gentileza Natasha Roldán.
La razón fue muy simple: además de trabajar, a veces en dos empleos al mismo tiempo, había comenzado a cursar una maestría en música en la Universidad de York, Ontario, con el acento puesto en la composición y las letras. El poco tiempo y energía que le quedaban los volcaba en algunas actuaciones esporádicas.
En la actualidad está preparando su vuelta al ruedo con dos proyectos, uno ligado como siempre al jazz y otro bajo el título “Songs to travel the World” (Canciones para viajar por el mundo), donde se anima a un repertorio que incluye música latinoamericana.
No descarta intentar estilos en los que aún no ha incursionado, como el rock.
Actualmente compone las canciones del disco que prevé editar en 2020. Foto: gentileza Natasha Roldán.
Ductilidad no le falta, como los demuestra su repertorio, cargado de canciones que ha interpretado en inglés, francés, español y portugués.
Confiesa que extraña mucho a su país y ciudad natales, donde se encuentra casi toda su familia, que para ella sigue siendo la prioridad.
Sin embargo, reconoce que venir a vivir a Canadá le ha dado otra perspectiva de la vida. El hecho que tener que “salir adelante” sola, hacer las cosas por sí misma, tener gracias a sus estudios un espacio creativo e incluso su acercamiento actual a la música, son cosas que ha logrado aquí y por las que se siente muy satisfecha, feliz y agradecida.
Natasha Roldán nos cuenta más detalles, en entrevista con Luis Laborda.
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