Los datos difundidos recientemente por la Agencia Canadiense de Empleo y Desarrollo Social, indicaron que una cantidad cada vez mayor de refugiados se ve obligada a vivir en lugares no preparados para albergarlos.
La situación se evidencia en distintos sitios del país, pero principalmente en los grandes centros urbanos como Toronto, que es uno de los destinos privilegiados por los solicitantes de refugio.
Los recientes recortes presupuestarios de la administración de Doug Ford, en la provincia de Ontario, parecen haber complicado la situación.
Un hotel usado como residencia transitoria para los recién llegados. THE CANADIAN PRESS/Chris Young
Esa medida no sólo afectó a diversos planes sociales, sino que hizo más complicada la realidad de las organizaciones que se dedican a dar apoyo a los recién llegados, porque ya no cuentan con los recursos suficientes para recibir a esas personas y acompañarlas desde un primer momento.
Uno de los ejemplos que nos da Diana Gallego, nuestra entrevistada, sirve para ilustrar el grado de anormalidad que presenta actualmente la situación.
Tres jóvenes recién llegados a la ciudad fueron encontrados por una empleada de una cadena de comidas rápidas que, tras verlos pasar varias noches allí, fue la única persona que tomó la iniciativa de referirlos a un organismo para refugiados.
Mantener una familia en Toronto es cada vez más caro. THE CANADIAN PRESS/Chris Young
Las autoridades se han visto desbordadas por una aparente carencia de albergues preparados para contener a los refugiados y solicitantes de refugio, por lo que la mayoría de ellos es enviada a sitios en los que sólo pueden pasar la noche en una colchoneta y del que deben salir muy temprano en la mañana siguiente.
Se trata de lugares en los que los recién llegados se ven obligados a compartir el espacio con personas con problemas mentales o de abuso de drogas, que tienen sus propias carencias y necesidades.
Tal ambiente seguramente no será el mejor para quienes vienen de dejar sus países de origen y se encuentran en un sitio del que no conocen las normas, ni la lengua, en el que se encuentran sin trabajo y, en muchos casos, sin la contención del entorno familiar.
El despliegue para recibir tiempo atrás a refugiados sirios parece cosa del pasado. THE CANADIAN PRESS/Nathan Denette
El aparente agravamiento de la situación se debe, en parte, a que numerosas familias enfrentan una situación económica complicada y sus ingresos ya no les alcanzan para hacer frente a los gastos de subsistencia.
En los casos más extremos, los adultos se ven obligados a optar entre pagar la renta de una vivienda o alimentar a sus hijos.
Y ese sí constituye un dato nuevo: muchas familias que antes podían solventar su alojamiento, ahora se ven obligadas a reclamar un lugar en los refugios.
La austeridad buscada por Doug Ford afecta a los más desprotegidos. THE CANADIAN PRESS/ Tijana Martin
El gobierno federal de Justin Trudeau acaba de anunciar la entrega de 27 millones de dólares, para paliar la situación en Ontario.
Los organismos que trabajan con refugiados calificaron la decisión como acertada, pero aún reclaman a la administración provincial que revea su decisión de recortar el financiamiento de la Asistencia Legal (Legal Aid, como se la conoce en inglés), que deja a los aspirantes al refugio inmersos en una maraña de normas a la que no pueden ni deberían enfrentarse solos.
Diana Gallego, del Centro de Refugio FJC de Toronto, habló sobre el tema con Luis Laborda.
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