El perfil de Elon Musk en una de sus apariciones públicas. Foto: Joshua Lott/Getty Images

¿Proyecto de ”Chip cerebral” del magnate Elon Musk pone en jaque la mente humana?

A mediados del mes de Julio del 2019, hace apenas un mes, el magnate, millonario e inventor Elon Musk hizo público su plan para conectar el cerebro humano directamente a las computadoras detallando los pasos para poder crear una simbiosis con la inteligencia artificial. Según sus planes, el prototipo podría ser implantado en un ser humano a finales del 2020. La motivación de la creación de “Neuralink”, la empresa a cargo del ambicioso proyecto, es justamente proporcionar a los seres humanos una interfaz directamente en territorio de la Inteligencia Artificial para impedir el desarrollo de hostilidades de ésta hacia la humanidad. Para una gran mayoría de la opinión pública, este “proyecto” está dentro del terreno de la “ciencia ficción”, pero para algunos miembros de la comunidad científica, esto podría tratarse de un dispositivo que podría llevar a la autodestrucción de los seres humanos, incluso sin un “apocalipsis de IA en el horizonte”. 

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Durante la presentación de “Neuralink”, el magnate argumentó que un dispositivo de estas características ayudaría a nuestra raza a lidiar con el llamado “Apocalipsis de la Inteligencia Artificial”, escenario donde la IA supera la inteligencia humana e hipotéticamente toma el control sometiendo a la especie humana. Musk fue más allá explicando que en el caso de que esto no ocurriera y que el pronóstico fuera alentador para nuestra raza, con este implante no nos quedaremos atrás de la IA.

En un editorial, que fue publicado en el sitio “The Financial Times” esta semana, Susan Schneider, psicóloga cognitiva y filósofa, aseguró que de cualquier manera, “fusionar los cerebros con inteligencia artificial sería Un suicidio para la mente humana”. La científica, a cargo del grupo “IA, Mente y Sociedad” de la Universidad de Connecticut destacó que “los obstáculos filosóficos son tan apremiantes, tanto como los tecnológicos”. 

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Schneider ilustró sus propósitos citando un escenario hipotético inspirado en un libro de ciencia ficción dura de un autor australiano llamado Greg Egan, donde un dispositivo de IA llamado “la Joya” es insertado en el cerebro de un recién nacido. Esta “joya” realiza un monitoreo constante de toda la actividad cerebral para aprender a pensar y a comportarse como ese cerebro. Siendo adulto, “la joya” ha logrado una copia exacta del cerebro del portador y puede pensar y comportarse como si fuera un cerebro de verdad. Entonces, por A o por B le extraen quirúrgicamente el cerebro original dejando la “joya” en el interior. La pregunta es: ¿cuál es el verdadero ser humano, el cerebro biológico o la “joya”? La científica considera que es efectivamente inverosímil pensar que la conciencia podría transferirse mágicamente a “la joya” tras la destrucción del cerebro original y agrega que la historia de hacer una copia de seguridad del cerebro se trata sobre todo de una utopía tecnológica. 

Según Schneider, las mejoras basadas en IA podrían utilizarse para complementar la actividad neuronal, aunque si el objetivo es reemplazar el tejido neural que funciona normalmente, en algún momento pueden acabar con la vida de esa persona. Susan Schneider indicó que, una vez que la tecnología logre los avances necesarios para tener la chance de elegir entre que parte del cerebro queremos que se fusione con la IA, el problema será ético pues será difícil trazar el límite de cuánto es demasiado. ¿Un 15% de reemplazo neural o un 75% de IA? En cualquier caso, para Schneider, cualquier elección parece arbitraria. 

Presentación completa en inglés de Neuralink

Para Musk, ninguno de estos desafíos es insuperable. Los analistas advierten que el único problema, por ahora, es la tecnología existente y la visión a medio plazo del magnate para lograr estos objetivos. Para muchos, esa visión se encuentra efectivamente en el campo de la ciencia ficción aunque gran parte de los elementos de esta utopía ya están en funcionamiento entre nosotros, como por ejemplo, los implantes craneales gracias a una cirugía ambulatoria, y la posible comunicación inalámbrica con un dispositivo externo como un teléfono.  

Si bien el objetivo parece ciencia ficción, el entusiasmo y el optimismo de Musk prometen resultados. Y algunos analistas aseguran que en el proceso de esta búsqueda, y gracias al empuje y la visión de Elon Musk, es fuertemente probable que se encuentren soluciones a otros problemas que hasta ahora no se habían contemplado. 

Fuentes: Financial Times, Neuralink, Observer, Psychology Today,  CNBC, The Telefgraph

Categorías: Internacional, Internet, ciencias y tecnologías
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