(Foto: Jewish General Hospital)

El hospital virtual canadiense que va al domicilio de los pacientes

Es el primer programa de este tipo en Quebec, creado como un proyecto piloto a mediados de 2014. Hoy atiende entre 50 y 60 enfermos por año. Los pacientes, cuya edad promedio ronda los 86, se declaran altamente satisfechos, al igual que el gobierno de Quebec. Este proyecto es totalmente vocacional.

Conversamos con el Dr. Bernardo Kremer, médico y profesor en el Departamento de Medicina familiar en la Universidad McGill, de Montreal.

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Foto: CJN.

Tratamos de ser permanentemente críticos y ver lo que nuestra población necesita. Tenemos una población muy anciana en nuestras prácticas y vemos que hay pacientes que tienen reiteradas internaciones, visitas a la emergencia, que no son siempre necesarias. Lo que tratamos de hacer es prevenir readmisiones. Y toda la evidencia que hay en la investigación muestra que esto es un beneficio para todos. Para el gobierno, que tiene menos gastos con pacientes que se internan menos y para los pacientes que se sienten satisfechos.

Así comienza a explicar el Dr. Kremer a la pregunta:  ¿Cómo funciona un hospital virtual?

El proyecto se llama Virtual Ward, al que el Dr Kremer se refiere como hospital virtual.

Se inició a mediados de 2014 bajo los auspicios del Centro de Medicina Familiar Goldman Herzl del Jewish General Hospital de Montreal.

Si bien el paciente promedio tiene alrededor de 85 años, su edad oscila entre 65 y 102 años, y muchos de ellos enfrentan dos o más enfermedades simultáneamente: insuficiencia cardíaca, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, sangrado gastrointestinal, demencia, diabetes, celulitis y bronquitis crónica, entre otros.

A los ancianos les pueden resultar muy traumáticas las visitas  a la guardia así como la internación, explica el Dr. Kremer.

Lo que queremos es un modelo que pueda ayudar a los pacientes a tener mayor complejidad de seguimiento en la casa. No se trata de cuidados a domicilio, no es el común seguimiento en domicilio. Sino de aumentar la intervención basada en ciertos diagnósticos que tienen los mayores índices de admisión en el hospital”.

Un ejemplo práctico del trabajo de un hospital a domicilio

El paciente del hospital virtual, que tiene que estar inscrito en el sistema de cuidados a domicilio, se encuentra en la casa con una infección. Normalmente hay que trasladar al anciano a la guardia para los análisis, el diagnóstico y así empezar el tratamiento. Es lo que se hace siempre.

Pero en este caso, el procedimiento es diferente explica el Dr.Kremer.

Trabajando juntos con el sistema de servicios comunitarios  local (CLSC) podemos enviar una enfermera que hace todo el diagnóstico sin que el paciente tenga que venir a la guardia. Una vez que tenemos el diagnóstico, si es muy agudo, tenemos un sistema por el cual podemos hacer visitas diarias. A veces nosotros mismos vamos con nuestros médicos residentes y el seguimiento es diario junto con el CLSC que se comunica con nosotros”.

El Dr.Kremer destaca la evolución del programa, que introdujo más tarde la telemedicina, en colaboración con la Universidad Mc Gill.  Un sistema a través del cual el paciente reporta síntomas y signos vitales, explica. ¿Cómo lo hace? Cada paciente o cuidador recibe un iPad o tableta similar, que está programada para transmitir información al coordinador del hospital a domicilio.

Nuestra enfermera en el hospital recibe cotidianamente los signos vitales: presión arterial, concentración de oxígeno, el pulso, la temperatura, y con eso podemos monitorear en forma permanente si el paciente está compensado o no, y si hay que hacer un cambio de tratamiento. Si es el caso contactamos a una enfermera del CLSC que va inmediatamente a hacer el cambio. A esto le llamamos directamente hospital a domicilio”.

El  modelo

Es importante decidir qué paciente necesita este tipo de intervención: son los pacientes más enfermos. El promedio de edad es 86 años y con ciertos diagnósticos que son más fáciles de tratar a domicilio. Kremer deja en claro que si el paciente necesita ir al hospital va a ir al hospital.

Es importante evitar la internación cuando no es necesaria, porque hay riesgos de infecciones hospitalarias y sobre todo en ancianos hay riesgo de lo que nosotros llamamos delirium. Los pacientes ancianos en el hospital se desorientan en tiempo, en espacio. Y empieza una cadena de circunstancias en la cual el médico tiene que dar nuevas medicaciones para que no esté tan agitado y de esa forma el paciente aumenta el riesgo de caídas«.

Si no está claramente indicada la internación no es positiva para el paciente.

El equipo del hospital a domicilio cuenta con una enfermera de cabecera, que además de coordinar la comunicación con el CLSC, hace evaluaciones diarias de estos pacientes. La atención que se le brinda al paciente en la casa es completa, como en el hospital.

Lo que nosotros evaluamos es no solamente lo agudo, pero también si el paciente toma la medicación correctamente, si el paciente entiende los turnos que se le dieron para visitar a los especialistas. Hay todo un seguimiento global de esos pacientes que pertenecen a este hospital virtual. Además, tenemos una vez por semana lo que llamamos una ronda. Nos sentamos con especialistas analizando cada paciente que está en la casa. Lo mismo que se hace cuando el paciente está internado lo hacemos con el paciente que está en la casa.

Es una discusión entre los médicos, enfermeras, trabajadores sociales, la enfermera de cabecera, un verdadero equipo multidisciplinario.

¿Por qué no se desarrollan más hospitales a domicilio?

El Dr. Bernardo Kremer es categórico: este modelo de atención a domicilio  reduce la cantidad de reingresos a los hospitales, la duración de la estadía para aquellos que necesitan ser readmitidos, disminuye las probabilidades de infección, minimiza la necesidad de que viajen pacientes frágiles y, en general, mejora la experiencia del paciente.

Eso no es todo.

Cada vez que salvamos a un paciente de ir al hospital por una insuficiencia cardíaca el cálculo financiero de ahorro es casi de 100 mil dólares por paciente. Es un beneficio para todo el sistema de salud y para el paciente”.

Bernardo Kremer dice que están en contacto con el gobierno, y que tratan de  ver cómo “podemos hacer para que este proyecto nuestro sea reproducible en otros hospitales, clínicas. Estamos evaluando cuales son los indicadores que harían que otros lugares puedan copiar. Tenemos cierto protocolo que sería imitable, copiado en otros lugares”.

El problema es la falta de incentivo económico para que alguien trabaje en un programa así y no existe un código de cómo poder facturar por el trabajo.

“Este proyecto que lo hago junto a una colega mía es totalmente vocacional. Si fuera por una cuestión financiera no nos convendría”. 

Esto y más en la entrevista de Radio Canadá Internacional con Bernardo Kremer, médico y profesor en el Departamento de Medicina familiar en la Universidad McGill, de Montreal.

Categorías: Internet, ciencias y tecnologías, Salud, Sociedad
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